Menos trabajo registrado, más empleo en negro: la radiografía del mercado laboral en el Gran San Juan

Entre el tercer y el cuarto trimestre de 2024, más de 14 mil trabajadores registrados desaparecieron de las estadísticas en el Gran San Juan. No se esfumaron: muchos pasaron a engrosar las filas del empleo informal o directamente quedaron fuera del sistema. Lo que muestran los números, en definitiva, es lo que cada vez más personas sienten en carne propia: cuesta conseguir un empleo en blanco, con aportes y derechos garantizados.
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El informe del Centro Integral de Estudios Estratégicos de San Juan (CIEESJ) da cuenta de una caída importante en la cantidad de trabajadores registrados: de 95.016 a 80.971 en apenas tres meses.

Al mismo tiempo, subió la cantidad de trabajadores no registrados —es decir, en negro— de 60.930 a 64.496. El empleo precario, donde el propio trabajador se hace cargo de sus aportes jubilatorios y de seguridad social, se mantuvo en cifras similares: poco más de 10.000 casos.

La tendencia también se refleja en las tasas: si en el tercer trimestre el 57% de los asalariados tenía empleo registrado, en el cuarto esa proporción bajó al 52%. En cambio, el trabajo informal subió del 37% al 39%. Aunque parezcan pocos puntos porcentuales, implican a miles de personas que vieron desmejorar sus condiciones laborales en poco tiempo.
¿Dónde se concentra el trabajo asalariado?
El comercio sigue siendo el principal empleador del Gran San Juan, seguido por la administración pública, la industria, el trabajo doméstico y la educación. Estas cinco ramas reúnen a la mayoría de los asalariados.

No todas ofrecen las mismas condiciones: mientras que la enseñanza, las minas y la administración pública presentan altos niveles de formalidad, sectores como el trabajo doméstico, la agricultura, la construcción y la gastronomía muestran un fuerte predominio del empleo no registrado.
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Un dato llamativo es que incluso en la administración pública hay una porción considerable de empleo precario, al igual que en salud y servicios sociales. Personas que trabajan para el Estado o en hospitales sin estabilidad, sin obra social ni aportes previsionales garantizados.

Detrás de cada barra en estos gráficos hay historias concretas: changas que se estiran mes a mes, sueldos que no alcanzan, empleos informales que no ofrecen cobertura ante un accidente o una enfermedad.
La radiografía del mercado laboral sanjuanino muestra un retroceso en términos de formalidad, en un contexto donde cada vez más trabajadores quedan a la intemperie.