El divorcio peronista: el origen de la derrota

Orrego le ganó solo a los dos apellidos más importantes del PJ sanjuanino. La señal a la que nadie le prestó atención.

Después de 20 años, el peronismo perdió las elecciones en San Juan. Marcelo Orrego se terminó imponiendo por poco más de 6% frente a los dos apellidos más fuertes del peronismo sanjuanino. A Rubén Uñac y José Luis Gioja no les alcanzó para ganarle al santaluceño. Las fórmulas del PJ no lograron atraer a los votantes, que vienen dando señales desde las legislativas del 2021.

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Desde un primer momento, las fórmulas del peronismo revivieron la eterna interna. Tal como se esperaba, el gobernador Sergio Uñac se presentó para ir por tercera vez como candidato al sillón del Ejecutivo. La respuesta, que se venía cocinando también, vino de la vereda de enfrente con el diputado nacional José Luis Gioja, que también anunció su postulación. Fue el revival de la interna de marzo del 2020, cuando Uñac se impuso ante Juan Carlos Gioja.

La interna entre Uñac y Gioja, al rojo vivo, plasmada en la elección a Gobernador.

La oferta electoral del peronismo se oxigenó con los compañeros de fórmula de Uñac y Gioja. Por el lado de Sergio, un intendente exitoso como es Cristian Andino en San Martín. Y acompañando al “Flaco”, Fabián Gramajo, el popular chimbero. Los dos le dieron aire fresco a una oferta vetusta, con una pelea entre protagonistas que solo les importa a los militantes.

Mientras la pelea interna se aviva, la guerra entre la militancia peronista se avivaba en las redes sociales y las acusaciones iban y venían, Orrego se pegaba cada vez más a un discurso picante con lo nacional y apareció el ahora popular “cambios con certezas”. Ordenó a su tropa y Marcelo Arancibia, Eduardo Cáceres y Sergio Vallejos sirvieron de cabecillas de un discurso más violento con lo provincial, que ayudó a recoger votos más derechosos.

La oferta electoral de Unidos por San Juan: las cuatro candidatos a gobernador: Eduardo Cáceres, Marcelo Arancibia, Marcelo Orrego y Sergio Vallejos.

El 10 de mayo la Corte Suprema de Justicia de la Nación decidió suspender las elecciones. Le hizo lugar a una medida cautelar presentada por el empresario textil Sergio Vallejos. Lo mismo pasó en Tucumán y el pedido fue que se suspendan las elecciones hasta que se resolviera si Uñac podía ser candidato a gobernador por tercera vez, idéntico panorama para Juan Manzur (que iba de vice).

La respuesta ante lo determinado por la Corte fue distinta. Mientras los tucumanos suspendieron la elección completamente y Manzur se bajó de su candidatura; Uñac decidió defenderse y el Tribunal Electoral continuó con el proceso eleccionario para las demás categorías.

El espíritu de la Ley de Lemas es sumar ampliando la participación. Los candidatos a intendente del uñaquismo eran más conocidos, de mayor fortaleza y tal como se esperaba, terminaron imponiéndose en 14 departamentos. Lo mismo pasó con los diputados departamentales y los proporcionales. Poco más de 140.000 votos concentró la tropa de Uñac contra poco más de 80.000 de Gioja, totalizando 220.000, bastante lejos quedaron los representantes del orreguismo.

Con los ganadores sobre la mesa, con una victoria contundente en los departamentos, Uñac recibió el no final de la Corte. Días de intenso debate hubo puertas adentro del uñaquismo. Dicen las fuentes que por momentos se imponía la idea de que Cristian Andino sea quien terminara encabezando la fórmula Vamos San Juan. Pero los paladares negros del uñaquismo, como lo son Roberto Gattoni, Juan Carlos Abarca, Luis Rueda y los asesores Sergio Mordacci y Jorge Rodríguez fueron quienes terminaron imponiendo el nombre del senador Rubén Uñac.

A la militancia no le cerró el hermano como cabeza de fórmula. Nunca cerró, pero no por incapacidad política sino porque representaba una respuesta previsible que nuevamente ponía los reflectores en la disputa Uñac vs Gioja. Esperaban que Andino sea el revitalizador. No hubo caso. Terminaron imponiendo a Rubén, que protagonizó una campaña sin roce público.

La disputa aumentó entre los apellidos ilustres del peronismo sanjuanino. Y la campaña justicialista quedó entrampada. Con un ring picante. Con dos rivales. Pero con una pelea que solo tiene rating dentro de la sede del PJ. Al panorama se le sumó que los candidatos que participaron con alguna aspiración a cargos en las elecciones del 14 de mayo se bajaron de la disputa. No caminaron. Ya su pelea había sido dada. Y las heridas no habían sanado.

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Orrego terminó siendo una oferta electoral fresca. Lo mismo Fabián Martín. Ambos supieron ser lo nuevo frente a un peronismo viejo, que si bien hizo gobiernos ordenados, que cambiaron San Juan, en el tramo final terminaron perdiendo terreno por sus peleas personales.

Página 12 tituló “Ganó la Corte”. Es un análisis sesgado. Hubo una olla a presión que se alimentó con los conflictos internos y que tuvo su corolario con el movimiento autoconvocado que generó una grieta nuevamente alimentada por la pelea peronista. A los golpes en el boxeo hay que responderlos con reacciones rápidas. Y no con la misma piña que diste antes. El orregazo no fue a malas gestiones ni a 20 años de peronismo. El orregazo fue al divorcio peronista, a la pelea UñacGioja que ya no le importa a nadie.

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