El silencioso affaire de las diputadas de Orrego con el mileísmo
En votaciones clave, Nancy Picón y María de los Ángeles Moreno apoyaron las iniciativas de Milei en el Congreso. Son la moneda de cambio de Orrego en Diputados.
Nancy Picón y María de los Ángeles Moreno son los alfiles del orreguismo en la Cámara de Diputados. Las piezas con las que cuenta Marcelo Orrego para convalidar sus actos de buena fe con el gobierno de Javier Milei. Las que levantan la mano ante cada cosa que pide el Presidente, demostrando así la sintonía de San Juan con el Gobierno nacional.
Primero fue la Ley Ómnibus –que a pesar de haberla votado a favor, Milei las trató de traidoras-, luego la Ley Bases y finalmente el veto a la Reforma Jubilatoria. Cada una de esas votaciones con su particularidad. La última, la de los jubilados, con un episodio escandaloso luego de que fueran invitadas a un asado en Olivos junto con el resto de los “héroes” que le quitaron unos míseros 15 mil pesos del bolsillo a cientos de miles de jubilados de todo el país. Eso sí, no fueron a la juntada.
Existe una bajada del Gobierno de Orrego hacia los medios locales para que no se levante mucho la perdiz cada vez que Picón y Moreno votan a favor de Milei. Esto es notable sobre todo en cómo titulan los portales sanjuaninos cuando Diputados sanciona alguna ley importante. Si bien dentro de las notas se puede encontrar qué votó cada una, está bastante camuflado.
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El ausentazo de Aubone –que responde a Unión por la Patria– en la votación del veto para asistir a la Confirmación de su hija pasó desapercibido en los medios locales. ¿Por qué? Porque esta noticia expondría públicamente aún más a las diputadas orreguistas de que votaron a favor de Milei. La bajada de línea es clara.
Picón y Moreno, las dos bancas que son la moneda de cambio de Orrego
Ambas diputadas están en un bloque propio, que es el de Producción y Trabajo, que ni siquiera es parte del interbloque de Juntos por el Cambio. Las historias de cómo llegó cada una a ocupar su banca, son distintas.
Picón entró en las elecciones de 2023 como la única candidata del ya electo gobernador Orrego. Salió tercera en las legislativas nacionales de ese año. Se podría decir que es la verdadera interlocutora del Gobernador en el Congreso, aunque en realidad tiene más afinidad con el vice Fabián Martín. Fue diputada departamental por Rivadavia y Martín es el hombre con el que ella viene trabajando desde hace años. Si bien no hay una interna declarada entre Orrego y su vice, sí existen ciertas tensiones –lógicas- entre ellos.
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Como contracara está María de los Ángeles Moreno. No se podría afirmar con tanta vehemencia que ella fuera una vocera de Orrego. Ella llegó también en 2023 a la banca de diputada pero por otro camino. Cuando Susana Laciar ganó la Capital, aún le quedaban dos años de mandato legislativo. Renunció a su banca y quien asumió fue su suplente, Moreno –en su lugar debería asumir Alejandra Leonardo, la radical que eligió la Legislatura Provincial-.
Ella es una bloquista disidente. Está casada con José Anselmo Aballay, actual presidente del Comité Departamental de Rawson por el Partido Bloquista. Ambos son de la línea disidente a Luis Rueda. Moreno siempre estuvo metida en la rosca, está afiliada al bloquismo y entró a la lista de diputados de la mano de Enrique Conti. Él tuvo mucho que ver en el armado legislativo de 2021 y también en el de Capital.
Si quisiéramos usar una jerga despectiva, podríamos decir que “ni pincha ni corta”. Básicamente está y vota exactamente lo que le diga Picón que le dijo Orrego que vote.
Su estadía en la Cámara de Diputados está contada, su mandato tiene fecha de vencimiento y no parece que fuera a encabezar alguna lista ganadora. Le queda poco más de un año. Más allá de esto, su futuro político en realidad está atado a decisiones políticas que toman otros actores, como por ejemplo su marido Aballay. De hecho cuando alguien quiere entrevistar a Moreno –ejercicio cotidiano del periodismo-, hay que recurrir primero a él.
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A Moreno no se le conoce la voz. No habla en la Cámara ni tampoco da entrevistas a medios de comunicación. El último fin de semana había acordado una llamada telefónica al aire con Radio Comunitaria La Lechuza en el programa Estamos a Favor. Pero llegado el momento, no atendió los llamados. En criollo: “los clavó”. Hubiese sido bueno conocer sus motivos por apoyar el veto presidencial a la reforma jubilatoria.
Tampoco se le conoce tanto la cara. Al googlear su nombre, aparece su foto de la página de la Cámara de Diputados de la Nación, más alguna que otra imagen en muy baja calidad. Tiene una cuenta de Instagram con tan solo 55 seguidores y dos publicaciones. En Facebook se la puede encontrar más activa, con posteos sobre actividades vinculadas a la política y alguna que otra cuestión personal.
Retomando con su futuro político, en su entorno creen que Orrego no le está dando el papel que se merece. La pregunta es: ¿se merece algún papel? La realidad es que estamos hablando de una legisladora «floja de papeles”. No pronuncia discursos, nunca habla. Es bastante prescindible, está donde está por “carambola”. Incluso algunos se animan a pensar que hasta puede cambiar de bando en cualquier momento -¿a La Libertad Avanza?-.
Orrego no tiene senadores y, en el Congreso está en amplia desventaja. El escenario más favorable para él es que, el año que viene, pueda retener una banca. Posiblemente los libertarios y el peronismo ganen una cada uno, como en 2023. Pero es futurología.
Según una nota en Tiempo de San Juan con el Gobernador, ninguna de las tratativas que hizo San Juan por obras están contabilizadas en el presupuesto nacional. Por eso Milei obliga a renegociar todo, todo el tiempo. Las buenas intenciones de Orrego con Nación parecen quedar atrás nuevamente.