Qué pasará si gana Orrego, Uñac o Gioja
Cómo impactarían los posibles triunfos de los tres referentes internamente dentro de sus espacios políticos y con el escenario nacional. Los por qué.
Las elecciones del 2 de julio no solo definirán quién será el próximo gobernador sino también cuál será el rumbo político y económico de la provincia. Rubén Uñac, Marcelo Orrego y José Luis Gioja compiten por el sillón del Ejecutivo en una campaña distinta a las que se plantearon en los últimos 20 años. El panorama es incierto y los tres principales candidatos tienen chances reales de quedarse con la victoria. Todos los por qué, desmenuzados.
Si gana Orrego
El santaluceño viene de una familia ligada a la política. Su padre, Humberto Orrego, fue ministro del ex gobernador Jorge Alberto Escobar. Al poco tiempo de recibirse de abogado, comenzó a trabajar como asesor de Roberto Basualdo, que en el 2003 protagonizó una intensa campaña, que lo tuvo en la vereda de enfrente a José Luis Gioja, quien terminó quedándose con la gobernación.
Peleó tres veces por la intendencia de Santa Lucía, ganó dos. Siempre firme al lado de Basualdo. Se terminó convirtiendo en el dirigente estrella del empresario, no solo por su juventud sino por la gestión con altos índices de aprobación en el departamento. Luego de perder por cuarta vez al hilo, Basualdo decidió dar un paso al costado y Orrego fue quien tomó la posta naturalmente, en una sucesión sin dramas, nada parecida a las que suelen darse dentro del peronismo.
Orrego compitió contra Sergio Uñac en el 2019, perdió, pero con mejor performance de las que venía arrastrando Basualdo. Perforó los 40 puntos. Se quedó con gusto a poco y finalmente decidió nuevamente someterse a las urnas, esta vez con muchas chances de ganar. Eligió a Fabián Martín como compañero de fórmula. No fue sorpresivo, acostumbra a hacer estos movimientos desde que es el líder de Producción y Trabajo, Orrego. Siempre define todos los lugares estratégicos.
El viento nacional es bueno, con un gobierno peronista complicadísimo. Y esto se le suma el desgaste de los 20 años de peronismo en San Juan y la pelea entre los principales apellidos dentro del PJ.
Si gana Orrego, San Juan junto a Mendoza y San Luis constituirán la primera región completamente amarilla del país. Horacio Rodríguez Larreta vendrá seguramente a festejar el triunfo, que será una foto importante a nivel nacional porque implicará después de Jujuy otro territorio ganado en el medio de la interna furiosa con Bullrich.
En lo político, hay dos aspectos. Orrego deberá en los seis meses de transición ir juntado voluntades legislativas. No es mentira decir que cuando un candidato gana, inmediatamente hay dirigentes abiertos a discutir y redefinir su apoyo. Hay confianza en revertir los diputados departamentales del uñaquismo y arrimar los números para lograr mayoría en la Cámara.
La otra gran tarea será cubrir los casi 500 cargos políticos que hay en San Juan y redefinir cómo será el reparto del Gabinete con los socios del Frente Juntos por el Cambio. Ya se sabe que los lugares claves, como la Secretaría General de la Gobernación, el Ministerio de Obras, el de Educación, Salud y la Secretaria de Seguridad estarán en manos de sus máximos referentes, de sus hombres y mujeres de confianza.
Si gana Uñac
El senador pocitano fue vicegobernador de Gioja, diputado nacional y senador. Siempre estuvo vinculado al Poder Legislativo. Es conocido por su perfil negociador, por acercar posiciones dentro del peronismo. Fue quien entabló relaciones con el kirchnerismo, acercó a Anabel Fernández Sagasti y Juliana Di Tullio a Sergio Uñac. Si Rubén Uñac gana, también deberá afrontar tormentas políticas.
Es que el “rubencismo” no es igual al “sergismo” y sus colaboradores cambiarán cosas dentro de la estructura.
Es lo que pasa cuando el timón cambia de manos. Después de sortear ese tembladeral, tendrá que ajustar la cercanía con Cristian Andino, que también tiene su gente. A todo esto, se le suma, qué pasará con el bloquismo y el papel que jugará el partido de la estrella en un eventual gobierno de Rubén.
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Uno de los asuntos a resolver será el posicionamiento nacional. Si gana la presidencia Sergio Massa, serán ambos del mismo color político pero las relaciones del uñaquismo con el tigrense no son las mejores. Si gana Patricia Bullrich o Horacio Rodríguez Larreta deberá aceitar los vínculos ya que más del 80% de los recursos que mantienen a San Juan vienen de la caja nacional.
La otra gran cuenta pendiente es lo que va a pasar internamente dentro del peronismo sanjuanino. Si Rubén se alza con la victoria, deberá tomar posición y determinar cuál va a ser la relación con el giojismo y con Fabián Gramajo, que quedarán en la vereda de enfrente pero también como colaboradores del triunfo gracias a la Ley de Lemas.
Si gana Gioja
Es el dirigente de trayectoria política más importante de los tres candidatos principales a gobernador. Fue tres veces líder del Ejecutivo, senador, diputado nacional, llegó a secundar al ex presidente Eduardo Duhalde y hasta fue Presidente de la Nación durante algunas horas. José Luis Gioja le dio oxígeno a su campaña gracias a la alianza con el chimbero Fabián Gramajo y será quién tendrá mayores desafíos si gana.
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A nivel nacional, si gana Massa a José Luis Gioja le calza como anillo al dedo. Tiene buenas relaciones con el tigrense, contactos nacionales que lo ubican en una muy buena posición para negociar y para pedir. Pero si termina quedándose con la Casa Rosada alguno de los dos dirigentes de Juntos para el Cambio, el giojismo se verá ante el desafío de generar una relación cordial con el PRO cuando hubo fuego cruzado en los últimos años.
En la provincia, si gana Gioja, deberá trabajar fuerte para conseguir mejores números en la Cámara de Diputados como también aceitar la relación con 18 municipios en contra. También deberá socorrer heridos y definir qué tipo de vínculo tendrá con los uñaquistas y los que se fueron de sus filas y se pintaron la U en la frente en los últimos años.
Si gana Gioja, habrá que generar paz en la transición, que será más dramática aún que si ganara Orrego. Son seis meses hasta que haya entrega de banda. La relación con el bloquismo seguramente se redefinirá y habrá cambios de liderazgos.
