Gatillo fácil: el policía que mató a Orihuela, condenado a perpetua
Ricardo Rodríguez fue sentenciado a la pena máxima por el asesinato a quemarropa del camionero riojano Federico Orihuela en febrero de 2024.
El 10 de febrero de 2024, dos días después de la reinstauración de la «doctrina Chocobar», que flexibiliza el uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad, un camionero fue acribillado por el policía Ricardo Rodríguez. Los hechos se dieron en las inmediaciones del Dique San Agustín, en Valle Fértil. Desde el principio, el acusado planteó que Federico Orihuela, la víctima, intentaba darse a la fuga y abrió fuego contra los policías, hecho que dio lugar a que los uniformados abrieran fuego.
Los otros dos policías, en sus declaraciones, jamás hicieron mención de tal enfrentamiento. De hecho, tampoco se secuestró ningún arma de fuego durante las pesquisas. Desde el principio, Ricardo Rodríguez intentó montar una falsa escena del crimen. Un modus operandi no muy diferente de los enfrentamientos simulados que, durante la última dictadura cívico-militar, se escenificaban para ocultar los fusilamientos.
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En aquel entonces, durante una audiencia, Ricardo Rodríguez rompió en llanto mientras intentaba justificarse. «Lo único que estaba tratando de hacer es que detuviera la marcha», dijo. Hoy volvió a llorar: los jueces Pablo León, María Gema Guerrero y Eugenio Barbera lo condenaron a prisión perpetua por homicidio agravado por abusar de su función o cargo.
Según la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, desde la reinstauración de la democracia (10 de diciembre de 1983) hay registro de 9672 casos de personas asesinadas por las fuerzas del Estado como consecuencia directa o indirecta de la política represiva estatal. De ese total, 549 (el 5.62%) sucedieron en lo que va de la gestión de Javier Milei.
