Qué señales dejaron las elecciones en cuatro provincias para orreguistas, libertarios y peronistas de San Juan
Salta, Jujuy, San Luis y Chaco desdoblaron sus elecciones provinciales. En todas hubo un denominador común: ganaron los oficialismos.

En un año electoral a nivel nacional, San Juan votará únicamente cargos para diputados nacionales el próximo 26 de octubre. Se renovarán tres bancas y, al no haber PASO, las elecciones provinciales en otras jurisdicciones comienzan a funcionar como un termómetro para los principales espacios políticos sanjuaninos. Orreguistas, libertarios y peronistas —que todavía no definen candidaturas— siguen de cerca lo que ocurre en otros distritos. El pasado domingo 11 de mayo fue el turno de Salta, Jujuy, San Luis y Chaco, que decidieron desdoblar sus comicios de las nacionales. Los resultados marcan algunas tendencias clave.
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Como orientación general, en las cuatro provincias ganó el oficialismo local. Aunque con armados políticos diferentes, los oficialismos que gobiernan los ejecutivos provinciales se vieron beneficiados por la intención de voto. Todo en un contexto atravesado por otra tendencia significativa: la baja participación electoral.

Semanas atrás, Santa Fe también pasó por las urnas. En una elección marcada por la baja participación —apenas un 55% del padrón—, el gobernador Maximiliano Pullaro se impuso con contundencia en la elección de convencionales constituyentes y también en las PASO municipales.
El frente oficialista se consolidó como primera fuerza, relegando al peronismo al segundo lugar y a La Libertad Avanza al tercero. El mensaje pareció claro: los oficialismos provinciales siguen mostrando fuerza frente a un escenario nacional incierto. Esa misma tendencia volvió a repetirse, aunque con matices, en otras cuatro provincias que votaron este domingo.
San Luis: Poggi y un oficialismo abrumador
En San Luis ganó el gobernador Claudio Poggi. Se renovaban 22 de las 43 bancas de la Cámara de Diputados y 4 de los 9 escaños del Senado provincial, además de varios cargos municipales. La alianza oficialista está conformada por el partido de Poggi, sectores que responden a Adolfo Rodríguez Saá, la UCR, el PRO, Libres del Sur y otros espacios menores.
El peronismo de San Luis viene en decadencia desde hace varios años. La victoria de Poggi en 2023 frente al «Gato» Fernández, candidato de Alberto Rodríguez Saá, lo dejó en evidencia. Al igual que Orrego en San Juan, el gobernador puntano arrancó sin mayoría en la Legislatura, pero logró tejer alianzas que le permitieron gobernar con cierta tranquilidad.

En esta elección, la participación apenas superó el 60%, cuando en las últimas dos superaba el 70%. Por primera vez se usó la boleta única papel: antes regía la Ley de Lemas. El resultado fue ampliamente favorable a Ahora San Luis, la fuerza de gobierno. Alberto Rodríguez Saá, muy debilitado, quedó desdibujado y con escaso respaldo popular. Con esta nueva conformación, la Legislatura queda prácticamente alineada con Poggi, lo que le allana el camino tanto en Diputados como en el Senado.
La Libertad Avanza quedó en tercer lugar. No presentó lista oficial y, por disputas internas, se terminaron presentando dos listas diferentes que, sumadas, alcanzaron poco más del 15% de los votos.
Jujuy y Salta: oficialismos firmes, libertarios en ascenso y peronismo relegado
En Jujuy, el oficialismo también se impuso sobre LLA, que quedó en segundo lugar. El justicialismo, relegado a un tercer puesto, fue seguido de cerca por el Frente de Izquierda. El espacio que responde al gobernador Carlos Sadir (UCR) obtuvo más del 38% de los votos, mientras que LLA alcanzó cerca del 22%.
El Frente Justicialista cosechó un 9,4% y el Frente de Izquierda lo siguió con el 9%. La participación electoral fue baja, apenas del 63%. Aun así, los libertarios lograron un triunfo importante: ganaron en la capital, San Salvador de Jujuy.

Salta repitió una lógica similar a la de Jujuy: el oficialismo arrasó en la elección legislativa. El espacio del gobernador Gustavo Sáenz, que nuclea a peronistas no alineados con el kirchnerismo junto a otros partidos provinciales, se quedó con 11 de los 12 senadores y 20 de los 30 diputados. El peronismo, debilitado y dividido tras la intervención del partido a nivel nacional, quedó muy relegado.
Sáenz —aliado de Milei en el Congreso— había buscado cerrar un acuerdo con LLA. Pero Karina Milei decidió apostar a una lista propia. El resultado: los libertarios dieron el gran golpe del domingo al quedarse con la banca del Senado por el departamento Capital. No es un dato menor: esa sola jurisdicción concentra el 48% del padrón de toda la provincia.

Chaco: participación histórica a la baja, polarización y empate técnico
En Chaco, el panorama también tuvo características similares, aunque con particularidades propias. La participación fue bajísima: desde 1983 no se registraba un nivel tan bajo de votantes. Esto benefició al oficialismo, que desplegó toda su estructura y fue acusado de clientelismo, con denuncias por entrega de mercadería.
Aun con recursos económicos y campañas agresivas —incluyendo operaciones de desprestigio contra Jorge Capitanich en redes sociales y medios locales—, el oficialismo chaqueño no logró imponerse con claridad. Ganó ocho bancas, una menos de las necesarias para alcanzar el quórum propio. De esas ocho, dos corresponden a LLA, que fue en alianza con los radicales. Técnicamente, la UCR se quedó con 6 escaños.

El peronismo fue dividido. La lista de Capitanich logró 6 bancas, y la de Magda Ayala obtuvo 2. En la suma, el PJ superó por poco a los radicales, aunque sin una victoria clara. Se podría hablar, en todo caso, de un empate técnico. En Chaco, uno de cada dos votantes le dijo que no al gobernador Leandro Zdero. Es, quizás, el único distrito donde el peronismo puede leer su desempeño con algo de optimismo.
¿Qué lectura hacen los espacios sanjuaninos de estas elecciones?
¿Qué lectura pueden hacer orreguistas, libertarios y peronistas sanjuaninos de estos resultados? Primero, vale aclarar que no es lo mismo una elección provincial que una nacional. Pero incluso con ese matiz, hay algunas tendencias para observar. En general, los oficialismos provinciales salieron mejor parados en estas elecciones.
LLA mostró cierto crecimiento, aunque menor al que probablemente esperaba. Lejos de consolidarse como fuerza nacional, sigue dependiendo de la figura de Milei y carece de candidatos fuertes en muchas provincias. En aquellos lugares donde fue en alianza con oficialismos, como en Chaco, lograron mejorar su desempeño y empatar al peronismo. Un dato que no debería pasar desapercibido para el oficialismo sanjuanino y el armado libertario local.

Por lo que se desprende de las declaraciones públicas, tanto desde el orreguismo como desde LLA en San Juan —especialmente José Peluc—, no parece haber chances de una lista conjunta. Las diferencias pesan más que los acuerdos, y la mala relación personal entre el gobernador Orrego y el diputado libertario viene de hace más de una década.
Peluc ya anticipó que su estrategia es competir por separado y polarizar con alguno de los otros espacios para dejar al tercero fuera de juego. En sus últimas declaraciones sugirió que el objetivo sería confrontar con el orreguismo, aunque también podría darse el escenario inverso: polarizar con el peronismo y dejar sin banca al oficialismo. Vale recordar que en 2023 la elección fue tan pareja que cada uno de los tres espacios obtuvo un diputado. Pero ese equilibrio pende de un hilo: esta vez, uno podría quedarse afuera. Hay mucho por ganar, pero también mucho más por perder.
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Dentro del orreguismo saben que, en líneas generales, hay un respaldo importante a los oficialismos provinciales. Con algo de estructura estatal y una buena estrategia territorial, podrían mejorar la elección legislativa que hicieron en 2023. Todos reconocen que mide muy bien. Más que bien. Si encuentra un buen candidato, puede ganar.
Sin embargo, no deberían confiarse. En San Juan se votará para diputados nacionales, y si la elección se nacionaliza, la imagen del gobierno local podría quedar en segundo plano.

Quienes tienen más para ganar son los libertarios. Si logran capitalizar el arrastre de Milei, podrían dar el batacazo. Su debilidad sigue siendo la misma: falta de candidatos de peso propio y escasa estructura en la provincia. El escenario aún está abierto.
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El peronismo parece no encontrar el rumbo. Muy dividido y fragmentado, fue sin dudas el espacio más golpeado por esta fecha electoral. Las internas que se vieron en varias provincias anticipan lo que también se vive en San Juan: el giojismo y el uñaquismo todavía no logran acordar un armado conjunto. Aunque todo indica que habrá lista única, no hay un candidato capaz de contener a ambos sectores.

Será fundamental que miren la estrategia chaqueña: hay similitudes entre Jorge Capitanich y José Luis Gioja, lo que representan para sus provincias.
También puede pasar que Cristina Fernández no se meta tanto en la elección sanjuanina, como sí lo hizo en Salta y Jujuy, logrando pésimas elecciones.

A eso se suman figuras que cuestionan la polarización clásica, como Carlos Munisaga y Fabián Gramajo, lo que complejiza aún más el escenario. El peronismo es, claramente, el espacio que más tiene para perder. Este año se le vencen dos bancas —las de Fabiola Aubone y Walberto Allende— y si no logra colocar representantes, sufrirá una caída considerable en su representación parlamentaria.