San Juan y la promesa lejana de un futuro labrado en cobre
El proyecto minero Vicuña, ubicado en Iglesia, anunció que San Juan alberga uno de los mayores yacimientos de cobre, oro y plata del mundo registrados hasta el momento. Notas para comprender la dimensión del hallazgo y sus implicancias para la provincia, el país y el mundo.

13 millones de toneladas de cobre. Ese es sólo uno de los valores revelados que guardan las montañas de Iglesia, al noroeste de la provincia, en el proyecto minero Vicuña. Así lo anunció la empresa canadiense Lundin Mining el pasado lunes 5 de mayo: San Juan alberga uno de los mayores yacimientos de cobre, oro y plata del mundo registrados hasta el momento.
Tanto Lundin Mining como la gigante australiana BHP —la empresa minera más importante a nivel mundial— conforman en partes iguales la sociedad Vicuña Corp. Así, los proyectos de Josemaría y Filo del Sol se unieron en el 2024 bajo el nombre de Vicuña. Si bien ya se estimaba una gran cantidad de minerales en este megaproyecto, las cifras confirmaron un recurso de cobre, oro y plata que coloca al yacimiento entre los 10 mayores del mundo.
Por su parte, los proyectos se ubican en el departamento de Iglesia, aproximadamente a 200km de Rodeo y cerca de la frontera con Chile. Incluso, una parte de Filo del Sol se extiende por la región de Atacama. Josemaría, en fase de preconstrucción, es el más avanzado de los dos. De hecho, en abril del 2022, aprobó su Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Mientras tanto, Filo del Sol todavía está en etapa de exploración. Ambos yacimientos, están separados por unos 10 km. De esta cercanía estratégica es que surgió la unión entre Lundin Mining y BHP que dio lugar a Vicuña.

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Jack Lundin, CEO de la empresa Lundin, declaró que «el recurso mineral inicial ha resaltado el potencial para uno de los proyectos de cobre a cielo abierto sin desarrollar de mayor ley (concentración) del mundo y uno de los mayores recursos de oro y plata a nivel mundial”. En cuanto al cálculo específico de recursos, la empresa reveló que en Vicuña hay, en principio, 13 millones de toneladas de cobre medido —es decir, el recurso más seguro— y 25 millones de toneladas de cobre inferido —recurso de los alrededores, con mayor incertidumbre—. De oro se declararon 32 millones de onzas y de plata, 659 millones.

Estas cifras, que parecen sólo números, representan la Vaca Muerte del cobre; la promesa de las siempre necesarias divisas extranjeras. La confirmación que pone a San Juan como el principal polo de cobre del país y a la Argentina en el top mundial de la industria minera. Es que, además de Vicuña, la provincia también cuenta con al menos 5 de los 10 principales proyectos cupríferos a gran escala del país: Josemaría, Filo del Sol, Los Azules, Altar y el Pachón. Todos ellos están en distintas etapas de desarrollo pero ninguno produciendo.
Ni la vid ni el tomate ni el pistacho: son los metales los que prometen crecimiento económico y un futuro próspero. Uno donde el cobre y el litio son las vedettes del mercado; piezas fundamentales para la transición energética a partir de un modelo de extracción de recursos estratégicos por parte de empresas multinacionales.
Regalías a largo plazo
Indudablemente la confirmación de los recursos minerales encontrados es de gran relevancia nacional e internacional. Vicuña se convirtió en un proyecto incluso comparable con la mina chilena La Escondida que exporta casi 10 mil millones de dólares anuales. De ser así, esto implicaría un aumento considerable para las exportaciones del país. Sin embargo, los proyectos mineros requieren de años de exploración y construcción para llegar a su fase de explotación. Recién a principios del 2026 se espera el primer plan de trabajo para Vicuña.
Por otro lado, la expectativa de vida de estas minas es de las más altas: Vicuña podría podría tener más de 50 años de vida útil. En ese sentido, se puede señalar a Veladero (Shandong Gold y Barrick), la mina de oro y plata que lleva casi 20 años operando en la provincia y tiene varios más por delante.
La provincia también cuenta con al menos 5 de los 10 principales proyectos cupríferos a gran escala del país.
Frente a inversiones de esta envergadura, surge la pregunta respecto de cómo —y con cuánto— será beneficiada San Juan. El Código de Minería, establece que las provincias pueden cobrar hasta el 3% de regalías sobre el «valor boca de mina». Es decir, el valor económico del mineral extraído directamente en el yacimiento, antes de ser transportado, procesado o comercializado. De ese 3% de regalías se distribuyen 70% para Rentas Generales de la Provincia, 20% para la Municipalidad donde se encuentra el yacimiento y 10% para el Ministerio de Minería.
Tal y como viene sucediendo, el principal derrame de estas inversiones radica en la construcción de infraestructura como rutas y caminos, la contratación de mano de obra y los bienes y servicios que se desarrollan en torno a la actividad minera. Según declaraciones de Vicuña, sólo la construcción de Josemaría demanda un inversión de más de 4 mil millones de dólares.
Régimen de garantías
El RIGI también se presenta como una vía de concreción para estos megaproyectos. Por lo pronto, Los Azules es la única mina de cobre que solicitó el régimen. Sin embargo, es seguro que los demás proyectos sigan el mismo camino. Cabe recordar que el RIGI está disponible para inversiones mayores a 200 millones dólares que depositen al menos el 40% del monto mínimo de inversión dentro de los primeros dos años.
Los proyectos que ingresan al régimen obtienen beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios muy significativos durante el plazo de 30 años. Si bien el régimen abre las puertas y garantiza seguridad para estas grandes inversiones, la eximición de impuestos causaría una pérdida de ganancia considerable en la recaudación local.
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Con respecto al desarrollo concreto de este megraproyecto, aún quedan por verse detalles sobre cuestiones claves para la preservación medioambiental como el uso del recurso hídrico, la disposición de residuos tóxicos y la gran cantidad de energía necesaria. Ya que, a diferencia de otros metales preciosos, el cobre requiere de mucha más energía.

En el escenario actual, ya no hablamos de negociaciones entre países o bloques si no entre empresas multinacionales y gobiernos provinciales. Si acaso el Estado nacional tiene injerencia. Se trata de un modelo para la provincia y el país al cual pocos se oponen por su promesa cifrada en millones de dólares.
En esa línea, San Juan viene construyendo una tradición minera a lo largo de las últimas décadas sin importar el color de sus gobiernos. El hallazgo de la cuantiosa porción de cobre, oro y plata que guardan las montañas iglesianas en el proyecto Vicuña solo viene a consolidar esa tradición como un camino a largo plazo con muy poca oposición en frente.