Rawson: Casi una decena de candidatos entre peronistas y opositores
En el departamento, nombres sobran. El intendente está acorralado institucionalmente. Los hermanos Gioja aún no bendicen a nadie. Un ex comunero con chances y muchos que se tiran a la pileta.
Miércoles 25 de enero de 2023 – 11.51hs
Rawson es, como comúnmente se dice, la madre de todas las batallas. Tiene un padrón de 96.266 electores distribuidos en 279 mesas. Es el más grande de San Juan. Desde hace 20 años es un bastión del justicialismo. Parecía que los vecinos sostenían una fidelidad inquebrantable hasta los resultados en las elecciones legislativas nacionales de 2021. Ganó el oficialismo, más que ajustado, con un 43,96% a 39,69%. Una exigua diferencia de 2.814 votos. El Frente de Todos se mantuvo casi igual respecto a las primarias, cuando sacó el 43,85%. Pero Juntos por el Cambio cosechó más voluntades: un 3,85% más. Encendió las alarmas en el Palacio Municipal y en Casa de Gobierno. Quedó en eso, en alarmas. Inmediatamente después, el departamento ingresó en un tembladeral político e institucional delicado.
La génesis
Es menester conocer que el germen del conflicto está la matriz del giojismo. La fuerza que conducen el tres veces gobernador, José Luis Gioja, y su hermano, dos veces intendente, eligió como sucesor en 2019 al entonces secretario de Obras, Rubén García. Lo hicieron en detrimento de otra figura, más afín a la simpatía militante, el actual presidente del Concejo Deliberante, Juan Carlos Salvadó, que agachó la cabeza y siguió los lineamientos estratégicos. Funcionó. García ganó las primarias contra el candidato del uñaquismo, en ese momento jefe del bloque justicialista en Diputados, Pablo García Nieto. Con la victoria consumada, bajo discursos kirchneristas y con videos de Axel Kicillof, García se cuadró inicialmente a las órdenes de los Gioja. No duró mucho. Es tan simple como la frase “todo obispo quiere se Papa”. Lo intentó el primer año. Incluso jugó para el giojismo en la interna por la conducción del Partido Justicialista -en la que Uñac vapuleó con un 70% de los votos- y perdió a manos de Marcos Andino.
En noviembre del 2021, Rubén García debió someterse a una cirugía coronaria en Buenos Aires. Dejó el cargo y quedó Salvadó como intendente interino. La primera acción de gobierno: abrió paritarias con el Sindicato Unión de Obreros y Empleados Municipales (Suoem), que dirige Antonino D’Amico. Pasó por encima de la autoridad política -no institucional, porque puede sin problemas llamar a negociaciones con un gremio- y generó el quiebre, que más tarde devino en fractura irremontable. Fue el primer mensaje del giojismo, que luego embistió con el aparato militante y hasta videos de burlas en las redes sociales. También se agregó el conflicto con las cooperativas contratadas por el municipio, cuyos trabajadores están despojados de derechos laborales básicos. Y algunas son un lugar de contención político para los que comulgan con el comunero.
Con poca muñeca, el entonces secretario de Gobierno, Elías Robert, trató de intervenir y hablar con Salvadó. Sin suerte. Trató de montar operaciones mediáticas. Sin suerte. Ergo, al retornar al distrito, García hizo cambios en el Gabinete. Cambió de lugares, pero no de nombres. Por ejemplo, Robert pasó a la Secretaría de Ambiente. Lo cambió tanto que, quien fuera su escudero más fiel, renunció y se fue a las filas del Frente Renovador, de Franco Aranda. Es más, será candidato por ese espacio.
Un refugio a medias
El jefe comunal buscó refugio en el gobernador Sergio Uñac. El mandatario lo recibió en Casa de Gobierno y concurrió a un acto municipal -multitudinario- en el club Unión de Villa Krause. También lo aceptó en los actos partidarios. Pero no hubo mucho más respaldo. De hecho, en el giojismo se mofan de la relación. “Fue a hacerse amigo de Uñac y le puso otros candidatos, se nota la confianza”, dijeron. Al mismo tiempo, sondearon a los concejales del Pro para ver si podía impulsar el juicio político. Los números les dan solos porque ocho de los doce concejales responden a Gioja, pero querían el apoyo del macrismo para darle contundencia. No resultó. Los cuatro ediles amarillos quedaron en “no jugar la interna” del PJ en Rawson. Sin embargo, sí hubo acuerdo para la interpelación del intendente. Lo sentaron en el banquillo de los acusados el 2 de noviembre. García presentó un informe de 993 páginas que leyó durante siete horas. Pero no conformó a nadie. Los concejales se constituyeron en una comisión investigadora y fueron a contar hasta los nichos del cementerio municipal. Fabián Olguín es el presidente de la comisión y nueva cara visible del giojismo, concentrado en la agrupación Lealtad Justicialista. Dijo que “vamos a corroborar todo lo que escribió en ese informe”.
Qué va a hacer el giojismo
Quedó clara la situación en la que está involucrado Rubén García. El agua hasta el cuello y un poco más. Los hermanos Gioja, entretanto, sopesan a quién bendecirán para las elecciones de 2023. Saben que no puede volver a pasarles lo mismo: colocar un alfil que al año se les da vuelta. Ocurrió con Uñac en 2015 y se repitió con García en 2019. Por eso están buscando entre los más fieles. “Los ocho concejales pueden ser candidatos sin problema”, comentó una alta fuente de Lealtad. Puede ser cierto, pero por ahora son dos los elegidos para sondear: el mismo Olguín y Romina Ríos. No obstante, saben que el nombre -en ese caso el apellido- pesa mucho más. Las bases piden que retorne Juan Carlos Gioja. Tiene dos inconvenientes: no quiere jugar en el departamento, más de una vez dijo que está “ocupado en el armado provincial, con José Luis”, y tiene problemas de salud que hacen dudar sobre si puede soportar otra gestión sobre sus espaldas. Los giojistas no descartan que haya una sorpresa. Quizá Roberto “El Yeyo” Sosa. El cuartetero va con los hermanos a los actos y canta, presenta y hace porras. Tiene posibilidades, aunque puede ser proyectado para la lista provincial que liderará “El Flaco”.
El doble comando Ibarra-Munisaga (Martinazzo)
Pese a todo, Rubén García dice que irá por otro mandato. Está bien. Es el intendente y aspirante natural a repetir. Pero tiene poco respaldo. El uñaquismo sólo lo defenderá en un caso extremo. Y no será por la figura del intendente, sino para que los Gioja no tomen la estructura municipal. El Gobernador está enfocado en los suyos. El tema es que cada día son más. Pareciese que la Municipalidad está de rifa y todos compran un número. La recientemente sancionada ley de lemas -Sistema de Participación Ampliada y Democrática (Sipad)– permite que haya un sinnúmero de candidatos que tribute para un mismo lema. El primero en aparecer fue el ex comunero Mauricio Ibarra. Empezó con un par de publicaciones en las redes sociales, después arrancó con caminatas en serio, y al final volvió al juego. Se envalentonó. Tiene con qué: los vecinos destacan su gestión en cuanto a obras y servicios, que es justamente lo más débil de García. Por supuesto, cuenta con el OK de Uñac, a quien ayudó en la interna partidaria contra Gioja. Por ahora, Ibarra sostiene un discurso moderado. Si bien no aprueba al intendente, no lo golpea.
En el lote de candidatos peronistas también figura el secretario de Estado de Seguridad, Carlos Munisaga. Vale contar que el hombre llegó al Gabinete provincial porque Uñac le pidió que no jugase en 2019. Fue una manera de concentrar los votos uñaquistas en García Nieto y darle más chances. No funcionó. Pero Munisaga obtuvo el puesto que controla la Policía y el Servicio Penitenciario. Durante muchos años fue mano derecha de Ibarra. Ahora parecen separados. Hay que mirar la relación con lupa. Desde el ibarrismo dicen que están igual que siempre y que ambas candidaturas son parte de una estrategia mayor. Básicamente, que gane el mejor y el otro acompañe. En tanto, desde el lado del titular de la seguridad no dicen lo mismo. Apunta a ganar sí o sí. Aseguran que tiene los números y mayor intención de votos. Otros dicen que Ibarra-Munisaga “es un doble comando” para negociar mejor con Uñac, que no se van a presentar los dos. Lo que quieren, según esa óptica, es otro cargo en 2023. Pese a las especulaciones, lo cierto es que Munisaga selló un acuerdo importante con la ex jefa de la oposición en el distrito, la macrista Gimena Martinazzo.
Ahora trabajan codo a codo en la conformación de una alternativa distinta, pues es la unidad oficialismo-oposición. Más allá de las razones que impulsan a la mujer, que viene de renunciar al Pro -prácticamente ser expulsada- por denuncias internas por manejo irregular de fondos de campaña y, fundamentalmente, por la denuncia violencia de género contra el cabecilla del espacio amarrillo, Eduardo Cáceres, quien fue sobreseído. Lo más seguro es que Martinazzo esté en la boleta de alguna manera. El nombre y, si es posible, la foto, tienen que estar. Hizo una buena performance en 2019, cuando quedó segunda.
El resto
Otro posible postulante es el defensor del Pueblo, García Nieto. Busca presentarse, pese a tener algunos errores en sus lecturas políticas. Ni hablar de su manejo de redes sociales y prensa, un punto débil que no mejora con el paso de los años. Es un amigo íntimo del Gobernador desde sus años en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba. Ya probó jugar en 2019. Ahora quiere de nuevo. No obstante, es realista en una cosa: no va a insistir, si le ofrecen algo a nivel provincial, aceptará. En cuanto a lo territorial, es uno de los más aceitados, el Rawson Nuevo nunca dejó de movilizarse, que no lo comunique es otro cantar.
Más atrás aparece el presidente de la Junta Departamental, Marcos Andino. Recibió a la mayoría de los aspirantes en una reunión con el ministro de Desarrollo Humano, Fabián Aballay, y el ministro de Gobierno, Alberto Hensel. Los brazos políticos de Uñac le dieron respaldo para organizarse y jugar. Ya aparecieron pintadas en los barrios. De todas formas, suele ser lacónico: “Estamos trabajando para posicionar a un compañero, por ahora el que tiene más visibilidad soy yo”, dijo. Sostiene una conducción sobria. Tampoco golpea al intendente. Al punto de decir, por lo bajo, que es una orden del Gobernador.
Justamente, en la vereda de enfrente a ese lineamiento está el ex Kolina, Eduardo Camus, hoy referente de Patria Grande, que a nivel nacional dirige Juan Grabois. La planificación del asesor de Uñac está fundada en marcar cada error de Rubén García. Hace poco lanzó un video con caretas del intendente y vecinos críticos de la gestión. Un corto idéntico al que publicó el Partido Social Demócrata de Brasil contra la entonces presidenta Dilma Rousseff. Tiene un armado interesante con una Unión Vecinal y una cooperativa, y, sobre todo, que sus alfiles son figuras de peso en la Universidad Nacional de San Juan, como la vicerrectora Analía Ponce y el secretario de Bienestar, Lucas Molina. La vinculación le permite un respaldo o plan B en caso que las cosas no vayan tan bien en Rawson.
Queda la oposición. En Juntos por el Cambio no encuentran un nombre con fuerza de impacto en el electorado. O sí. El senador Roberto Basualdo es el as bajo la manga. Tiene el domicilio en Rawson. Es el contendiente histórico de los Gioja. Mide bien porque es conocido, no necesitan instalarlo. Pero necesitan el OK más importante. Los operadores están entusiasmados, el problema es que Basualdo aún no se define. En reiteradas ocasiones dijo que vuelve a la actividad privada. Sin embargo, es una oportunidad tentadora. De no ser él, por Producción y Trabajo irá el armador Emilio Achem, una carta dudosa. No sólo no es conocido, sino que es funcionario en Santa Lucía. Por su lado, el Pro probará a la concejal Verónica Benedetto, que fue titular de Anses en el departamento durante la presidencia de Mauricio Macri y ahora es una de las “halcones” de Patricia Bullrich.