«No faltan bandas de chicas, faltan espacios GRL PWR»
Así se titula la tesis de fin de grado de la comunicadora y productora Julieta Pagés. Su trabajo analiza, desde la comunicación institucional, a la productora cordobesa GRL PWR y sus repercusiones en la cultura LGBTIQ+ de Córdoba. La Mecha investiga qué sucede en la escena sanjuanina.
GRL PWR –que se pronuncia girl power- se originó en 2018 como un festival fundamentado en que “las bandas formadas por mujeres e identidades autopercibidas LGBTIQ+ merecían una mejor representación y ser protagonistas en la grilla”, dice Julieta Pagés en su tesis. Melina Franco, una de las productoras del festival, le cuenta a la autora que en aquel momento existía una marcada desigualdad en cuanto a la distribución sexogenérica en los eventos y en los line-ups. Faltaba un año para que se sancione la Ley 27.539, que establece el cupo femenino para eventos de música en vivo.
“Por otra parte, tanto a nivel nacional como local, se estaba produciendo una bisagra sociocultural donde adquirían protagonismo movimientos feministas y diversidades sexogenéricas”, menciona la autora en su trabajo. Se refiere al envión de las leyes de identidad de género y de matrimonio igualitario y a la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito.
San Juan
En San Juan se han llevado a cabo diversos festivales en los que las mujeres son las protagonistas. Es el caso del Mujeres en Acción o el Festival Musicas San Juan, realizados durante este año, o el Sonora Cuyo, producido en 2019.
Noe Cortes, mejor conocida como Kbsonia, es una solista sanjuanina y ex integrante de la banda Modelo 65. “Al principio costaba más hacerse ver”, recuerda la artista en conversación con La Mecha, “pero con la unión de las chicas la escena tanto musical como artística en general se está haciendo más fuerte”.
Para Kbsonia, la ley de cupo femenino ha ayudado a mejorar el contexto provincial. Pero no fue fácil: “Lo hemos hecho valer”, remarca. Y agrega: “No lo tenían en cuenta, sobre todo en festivales de folclore. Hay proyectos de mujeres muy hermosos en ese palo, pero en casi todas las peñas no se cumplía la ley”.
Gabriela Trad es vocalista y teclista de Leda del revés, banda conformada íntegramente por mujeres y que participó del Festival Músicas San Juan. “Me ha tocado compartir espacio con chicas de otras edades y me doy cuenta de que hay una cuestión generacional de cómo se vive esa presencia en la escena musical”, cuenta la artista a La Mecha.
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Los horarios también suponen un obstáculo para las mujeres, señala Gabriela: “Las escenas musicales muchas veces se manejan con horarios nocturnos, por lo que si maternás o tenés otras responsabilidades es más complejo”.
El cupo femenino
En 2019 se sancionó la Ley 27.539, que establece el cupo de al menos un 30% de solistas, grupos musicales compuestos por mujeres y personas de otras identidades de género y agrupaciones mixtas en las grillas de eventos musicales en vivo donde haya 3 o más artistas convocados.
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Al respecto, Julieta Pagés, en conversación con La Mecha, destaca: “Por un lado es un bajón porque en verdad no deberían existir, debería suceder naturalmente. Pero como no sucede, es una herramienta que tenemos y que hacemos valer”. Por su parte, Gabriela Trad destaca que el cupo deja asentado el marco legal, la base sobre la cual reclamar y poder cimentar una nueva escena.
“Antes era muy difícil conseguir esta discusión”, recuerda la vocalista de Leda del Revés, “porque la discusión se planteaba en términos de talento, de si hay o no hay mujeres”. Julieta Pagés coincide con ella cuando, en su tesis, evoca las declaraciones del productor del Cosquín Rock, Jorge Palazzo, tras ser cruzado por un periodista ante la ausencia de mujeres en el line-up de la edición de 2019: “No hay suficientes mujeres con talento a la altura del Cosquín Rock”.
No se trata de una cuestión de talento ni de si hay o no hay mujeres, sostiene Gabriela, porque “hay mujeres que no las están poniendo en las grillas porque son circuitos masculinizados, porque los que están en las instancias de producción son varones y porque se manejan lógicas de amiguismo”. Y la ley de cupo, para ella, ha permitido visibilizar estas cuestiones y empezar a discutirlas.
¿Cómo seguir?
Julieta Pagés explica en dónde está la clave: “Hemos creado espacios para nosotras y gestionados por nosotras que son para mujeres y disidencias, pero está invitado todo el mundo”. También resalta la necesidad de que las masculinidades hagan participes a estos grupos excluidos: “La invitación es a abrirse y a ver lo que estamos haciendo, a trabajar con nosotres”.
En San Juan, la Asociación de Músicas se ha encargado de gestionar eventos donde se garantice el cumplimiento del cupo femenino, así como organizar a las mujeres músicas de la provincia en defensa y promoción de su trabajo.
Todavía queda trabajo por hacer. Es a partir de la organización, la creación de espacios y la exigencia de que se cumpla con el cupo, así como la inclusión y la colaboración desde las masculinidades, que puede construirse una escena local donde las mujeres y las disidencias también sean protagonistas.