Está en marcha la primera Escuela Popular de formación en Género y Comunicación Comunitaria de San Juan
El proyecto surgió en el marco del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades y cuenta con tres sedes en la provincia donde cursan alrededor de 60 mujeres cada semana.
Tejer redes: esa es la propuesta del feminismo desde sus principios. Tejer redes entre mujeres, entre colectivas, entre territorios; tejer redes en los márgenes de las instituciones.
Las redes expansivas del movimiento feminista llegaron a tantos lugares, que conquistaron un espacio dentro del Estado Nacional: el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades. La Escuela surgida en San Juan se enmarca en un Programa de Escuelas Populares de Formación en Género y Diversidad, lanzado por el Ministerio en el año 2020.
El proyecto de Escuela está en marcha desde inicios del mes de octubre y surgió gracias a la iniciativa de referentas del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). La Escuela cuenta con tres sedes en la provincia en los departamentos de Pocito, Rawson y Rivadavia. La sede de Pocito funciona en la Radio Comunitaria ‘La Lechuza’, en el Abanico. En Rawson, los encuentros son en la Biblioteca Popular Alfonsina Storni y, por último, el Centro Barrial Cuchac Tocó, en el barrio Wilkinson, constituye la sede de Rivadavia. Cada sede cuenta con un espacio para niñeces con el objetivo de que las mujeres puedan asistir a los encuentros con sus hijos e hijas.
Son alrededor de 60 mujeres las que participan de la Escuela. Distribuidas en los tres departamentos, se reúnen semanalmente para poner en común las inquietudes que surgen en sus cotidianidades, en sus barrios, en sus hogares. Inquietudes individuales que, compartidas, se tornan colectivas. Las actividades varían en cada encuentro: las integrantes realizan desde dinámicas lúdicas y prácticas de reflexión, hasta cartografías territoriales. Todas las semanas, los encuentros son coordinados por referentas en las áreas de género y comunicación que forman parte del equipo de coordinación de la Escuela.
Tatiana tiene 32 años y tres hijos que asisten al merendero Cuchac Tocó. A través de ellos fue que se acercó al MTE. Al día de hoy, es integrante del movimiento y participa de la escuela. “Estamos aprendiendo mucho sobre el género, sobre el respeto que nos tienen que tener, sobre las cosas que nos pasan y cómo tenemos que hablarlas. A nosotras nos está haciendo muy bien como grupo”, explicó. Tatiana, además, forma parte de una unidad productiva de venta de empanadas con compañeras del MTE. Entre todas, buscan conseguir los recursos necesarios para comenzar un emprendimiento de costura.
Los principales ejes temáticos de la escuela son el reconocimiento de tareas de cuidado y la visibilización de todo tipo de violencias de género. Sin embargo, en la experiencia sanjuanina, se abordan todos los temas desde la mirada de la comunicación comunitaria. A través de este paradigma, se pretende valorizar los vínculos comunitarios en cada uno de los lugares donde funcionan las sedes.
Uno de los principales objetivos del proyecto, es que las mujeres de cada territorio puedan construir una pieza comunicacional propia que ponga en valor el recorrido por la Escuela y sus tareas en los barrios. Desde que las referentas del MTE idearon el proyecto, la intención siempre fue que los relatos de mujeres de barrios populares fueran contados en primera persona y dejarán de ser contados por otros y otras.
Gestar el proyecto
La iniciativa de la Escuela surgió en plena pandemia a través de referentas sanjuaninas del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). “La idea nace en un momento complejo de militancia. Con compañeras, salimos a hacer brigadas feministas en el barrio Wilkinson para ver la situación de los niños que habían dejado de ir al merendero por la pandemia. Ahí, nos encontramos con mujeres poniéndole el cuerpo a la situación: encaraban el sostenimiento de la vida y educación de su familia siendo maestras, amas de casa, trabajadoras domésticas. Cuando volvimos, pensamos qué podíamos hacer al respecto y vimos que el Ministerio estaba promocionando gran variedad de programas. Ahí, decidimos elaborar el proyecto de Escuela y presentarlo”, contó Candela Ureta, coordinadora general de la Escuela de Formación en Género y militante del MTE. “Queríamos realizar un espacio donde las mujeres de los barrios pudieran ser escuchadas, donde pudiéramos construir un feminismo popular más allá de las ya convencidas. Fue esa la búsqueda”, concluyó.
Luego de idear el proyecto, las referentas del MTE convocaron a otras organizaciones de la provincia para trabajar en articulación: Patria Grande, Retamo, NuestraAmérica. También, convocaron a militantes del campo feminista y popular y referentas del área de Comunicación de la Universidad Nacional de San Juan. Entre todas, integran el equipo de planificación y coordinación de la Escuela sanjuanina.
Del Estado a los barrios
Desde el 2019, Argentina cuenta con un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades, destinado exclusivamente a trabajar en pos de sus derechos. En los dos años desde su creación, el organismo ha encarado la construcción de numerosas políticas públicas: el Plan Nacional de Acción contra las Violencias por Motivos de Género, el Programa Acercar Derechos y el Programa Acompañar, el reconocimiento a las tareas de cuidado y demás. Entre todas las políticas del Ministerio dirigido por Eli Gomez Alcorta, se encuentra el Programa de Escuelas Populares de Formación en Género y Diversidad “Macachas y Remedios”, que lleva su nombre en honor a Macacha Güemes y Remedios del Valle, dos mujeres patriotas que marcaron la historia de nuestro país. En este programa es que se enmarca la Escuela sanjuanina.
A pesar de la predisposición gubernamental, es un hecho que, para el Estado, llegar a los territorios ꟷy aún más del interior del paísꟷ continúa siendo un desafío. En este sentido, el programa de escuelas prevé el apoyo económico a proyectos de formación en género y diversidad desarrollados por organizaciones sociales y culturales. Es que, en muchos casos, son estas organizaciones las que tejen el puente entre el Estado y los territorios.
“Realmente está siendo una experiencia de muchísimo aprendizaje y trabajo. Estamos desplegando gran variedad de herramientas y estrategias para que mujeres y personas LGBT puedan tener acceso a este espacio de aprendizaje comunitario”, expresó Candela, coordinadora general. También agregó: “Estamos muy felices de poder coordinar con organizaciones territoriales que tienen una historia importante, como Retamo. Sin embargo, todo esto es una tarea muy compleja porque, si bien el Estado da cierto capital para que llevemos adelante la Escuela, nunca es suficiente. Esperemos que cada vez sean mayores y más dignos los presupuestos destinados a este tipo de proyectos.”
Aunque todavía queda un mes de cursado para finalizar la Escuela, todas sus integrantes están construyendo un espacio único como no lo hubo antes en la provincia. “Nuestro horizonte es que pueda haber escuelas populares de feminismo en todo el país, que San Juan no se quede atrás y que estos espacios también sean herramientas para acrecentar el movimiento de mujeres, LGBT y las organizaciones populares de la provincia”, concluyó con entusiasmo Candela.