Detrás del arcoíris: resistir desde el orgullo

El Día Internacional del Orgullo abre preguntas sobre el escenario actual para las diversidades. Esta fecha actúa como un recordatorio del camino recorrido pero también del camino que falta por recorrer.

En San Juan la potencia militante de la diversidad surgió al calor de los debates por la Ley de Matrimonio Igualitario en al año 2010. Si bien ya existían experiencias en torno a la defensa de los derechos de la población LGBTIQ+, aquella época representó un punto de inflexión dónde el fervor militante cobró masividad y tomó las calles de todo el país, incluidas las de la provincia.

Los derechos adquiridos fueron un hito para Latinoamérica y el mundo: la Ley de Matrimonio Igualitario (2010), la Ley de Identidad de género (2021), los llamados consultorios amigables en la provincia (2011) y la disputa de asuntos que eran arrastrados bajo la alfombra y que salieron a la luz con la fuerza de un arcoíris tras la tormenta. Años más tarde, también llegarían las conquistas del DNI no binario (2020) y el Cupo Laboral Trans (2021). Sin embargo, esa ventana de derechos para la población LGBTIQ+ pareció ser sólo eso, una ventana que rápidamente cerraría con los vientos neoconservadores.

Cada 28 de junio se conmemora el Día Internación del Orgullo LGBTIQ+, una fecha que recuerda los disturbios ocurridos en 1969 en el bar Stonewall Inn de Nueva York. Aunque en algunas provincias salieron a las calles, en Argentina la Marcha del Orgullo se realiza en el mes de noviembre. En el país, esta fecha actúa como un recordatorio del camino recorrido pero también del camino que falta por recorrer.

El escenario actual: la diversidad como átomos

El orgullo es una consigna, una bandera, una respuesta política y un festival, dicen. Pero el desgranamiento actual de los espacios de participación política también cala en las organizaciones y colectivos de la diversidad. Son muchas las razones que llevan a este escenario. Desde La Mecha, conversamos con referentes/as de la provincia para construir el panorama actual.

Les activistas coinciden en algo: se vive un desgaste militante, pero también una necesidad urgente de resistir frente al odio que busca imponerse por vías oficiales. «Estamos en un periodo de despolitización», afirma Jorge Baletti, integrante de La Glorieta, asociación que nació al calor del 2010 y lleva su nombre por el lugar de aquellos primeros encuentros: la glorieta del Parque de Mayo.

// ¿Llegaste hasta acá? ¿Te gusta lo que hacemos? Entonces unite a la comunidad mechera ;)

En la misma línea Elian Barras, actual presidente de la asociación, declara: «La Glorieta a sus comienzos era multitudinaria. Ahora somos pocos los que seguimos». La historia de esta organización refleja 15 años de militancia sostenida en defensa de los derechos LGBTIQ+.

«Creo que hay un miedo interno que se ha visto en las marchas donde se ve menos concurrencia de personas», concuerda Verónica Araya, coordinadora en San Juan y La Rioja de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros Argentina (ATTTA). «Se siente la persecución y el desgaste que quiere hacer el gobierno con las organizaciones».

Araya milita en la provincia desde hace 15 años y es una figura fundamental del activismo transfeminista.

Cuando tenemos un estado ausente tenemos que decir presente las organizaciones sociales», expresa la militante.

Actualmente, estima que son unas 150 personas a quienes ATTTA compaña. «Por lo general son adolescencias o personas entre 19 y 30 años porque nuestra expectativa de vida sigue siendo baja», afirma. Aunque menos, también están las adultas mayores. Además, Araya comenta de articulaciones con Ni Unx Menos y la Unión de Trabajadores/as de la Tierra (UTT) para ayudar a una adulta mayor a reconstruir su baño. «Hay que hermanarnos», insiste.

Desde hace años, una de las principales consignas de ATTTA es la Ley Integral Trans. Una ley madre —en palabras de Araya— que busca garantizar los derechos históricamente cercenados para la comunidad.

Foto gentileza: Tiempo de San Juan.

Otra de las características del panorama actual tiene que ver con la baja participación juvenil. «Creo que nos está faltando la militancia joven en este sentido de venir a romper más reglas, a hacer lío y no ser tan protocolar.» retoma Elian Barras, aunque también hace referencia a la idiosincrasia sanjuanina todavía conservadora en muchos aspectos.

Además, el presidente de La Glorieta reflexiona que «quizás generaciones que ya nacieron con libertades no sienten la necesidad de militar en una organización. Veo que los chicos buscan otras cosas: un espacio recreativo donde encontrarse con pares, pero no buscan el lado de militancia», concluye el referente. Por eso, en los últimos años la asociación también apostó a construir desde lo sociodeportivo con torneos de fútbol inclusivo, entre otras actividades.

La población LGBT, junto con feministas y migrantes, ha sido uno de los principales blancos de la llamada batalla cultural del Gobierno libertario; la conocida Agenda Woke. «Son momentos de alto voltaje de violencia que nos demandan formación, acción y organización». Así lo afirma Lautaro Castro, actual presidente del Consejo de la Diversidad. Con él coinciden todos los referentes y referentas.

En épocas de reclusión y pandemia, surgió en San Juan la propuesta de conformar un Consejo Provincial de la Diversidad. Frente a la demanda de las necesidades más básicas por parte de distintos colectivos, el Gobierno de aquel entonces abrió la posibilidad de formar un Consejo. Así, distintas organizaciones como La Glorieta, ATTA, AMMAR, Acercándonos, Espartanos, Enlazando Oportunidades, entre otros grupos con impronta artística, se unieron para dar vida al organismo. A partir del 2023 también se admitieron personas autoconvocadas a participar de las discusiones.

«Si hay algo que caracteriza este momento es el abandono, la estigmatización, el regreso de ciertos discursos que hace un tiempo no percibíamos. Eso puertas adentro nos demanda tomar decisiones que tienen relación con plantear cierta coherencia política en términos de cual es la sociedad por la cual bregamos», admite Lautaro Castro.

Sobre la caracterización del complejo escenario actual, Jorge Baletti, integrante de La Glorieta, reflexiona: «Creo que nunca hemos tenido del todo claro que las luchas son una sola que es la lucha por la igualdad. Esto es una debilidad que en este escenario se convierte peligrosa porque nos encuentra cada uno en su guarida y la mitad de la población argentina está debajo de la línea de pobreza».

Marcha Antifascista en San Juan. 1 de febrero 2025 (La Mecha).

San Juan: pasos hacia atrás

En cuanto al panorama local, les activistas hacen referencia a dos hechos recientes. Por un lado, Barras, presidente de La Glorieta, mencionó cierto estado de temor generalizado. «Creo que lo que les pasó a las chicas de NUM, que compas queden imputadas en causas así, ha metido mucho miedo», en referencia al juicio que inició el Estado provincial contra cuatro activistas feministas por supuestas pintadas en la Escuela Normal Sarmiento.

Por otro lado, tanto Verónica Araya (ATTTA) como Jorge Baletti (La Glorieta) trajeron a colación las últimas declaraciones de la Ministra de Educación, Silvia Fuentes, respecto de la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI) en San Juan. «Ahora la ministra quiere sacar todo lo de ESI de la provincia. Vamos a pasos agigantados para atrás. Estas decisiones vienen a seguir limitando nuestra expectativa de vida porque si no podemos avanzar con la ESI mucho menos hablar de diversidad», afirma la coordinadora de ATTTA.

¿Y el orgullo?

A pesar de la avanzada que cuestiona, no sólo los derechos adquiridos, si no hasta la propia existencia de las personas LGBT+, para las y los referentes hoy el orgullo es una trinchera desde la cual avanzar, rearticularse y hacer frente.

Para Jorge Baletti (La Glorieta), «el orgullo, la festividad y la conmemoración de este hecho implica un basta de querer que el otro sienta vergüenza de ser quien es». Sin embargo, el militante también agrega que «me gustaría ver una mayor salida en términos políticos hacia la sociedad. Marcar nuestra presencia por los colores, la alegría, la performatividad, pero también porque tenemos demandas que son compatibles con todas las demandas de justicia social».

Verónica Araya es una personalidad que no se puede dejar de mencionar cuando uno revisa la historia del movimiento LGBT en San Juan. «Yo me siento orgullosa de ser Verónica, y si volviera a nacer, volvería a ser verónica», afirma con convicción Araya. «Pero falta un montón. Los niños tienen que jugar, los adolescentes tiene que estudiar y no prostituirse o andar recorriendo provincia por provincia en los calabozos para poder sobrevivir», dice en referencia a su propia historia de vida.

«El orgullo es levantar la cabeza y mirarnos a los ojos sabiendo que esa respuesta orgullosa es la mejor manera de vengarnos, como dijo Marlene Wayar», declara Lautaro Castro, presidente del Consejo.

Por último, Castro plantea que se desarticulan estos movimientos porque generan comunidad, sentido de solidaridad y pertenencia frente a un ecosistema social que pretende ser destruido con el slogan de la individualidad. «Nosotros también pertenecemos a esta patria, la defendemos y la cuidamos», declara el referente. «No se trata de cuidar el derecho de unos pocos, es cuidar el derecho de los más vulnerables, de abajo para arriba».

Scroll to top
Close