Desnivel: de puesto de diarios al punto de encuentro del cómic y el manga en San Juan
La Mecha conversó con Gabriel Álvarez sobre los orígenes de la librería Desnivel, el estado actual de la venta de libros y las transformaciones que deben afrontar los canillitas.

En Hipólito Yrigoyen al 470, en Desamparados, está la librería-comiquería Desnivel. A cargo de Gabriel Álvarez, el local abrió sus puertas en 2011; pero antes era un puesto de canillitas que funcionó desde 1996. La transformación se dio, por un lado, por la necesidad de reconvertirse: «Ese rubro creo que viene muriendo de a poco, resurge con algunas colecciones, pero el diario está en sus últimos momentos», explica Gabriel. Por el otro lado, porque le gustan los libros.
«Empecé a agregar libros de a poco, hice contactos con algunas editoriales como La Flor y Siglo 21. Después vinculé con una distribuidora de cómics de Buenos Aires», recuerda Gabriel sobre sus inicios. Su puesto fue uno de los primeros en traer el cómic a San Juan: «No era tan popular, hubo que empezar a buscar clientes de nuevo. En ese momento había otra comiquería, y lo que no tenían ellos lo tenía yo». Así se fue formando una primera escena del cómic y el manga en la provincia.

La Mecha: ¿Qué significa Desnivel?
Gabriel Álvarez: Arrancó por el desnivel social, viste que el kiosco en apariencia es más barato que una librería. No sabíamos si podríamos llevar a la librería a la gente que iba al kiosco. Yo era canillita y lo he sido hasta hace poco, pero ese rubro creo que viene muriendo de a poco.
LM: ¿Los canillitas se redefinen?
GA: Claro. Tenés que salir a buscar qué poner en el kiosco. Yo en algún momento de este año pensé en cerrar la librería y volver al kiosco por el malestar económico. Creo que no vamos a mejorar. Por ejemplo, en el kiosco empiezan a agregarle IVA a algunos productos, eso juega en contra porque dependemos de lo que vendemos y, encima, ahora necesitamos un contador que te haga la división del IVA.
El stock de la librería se hace con los años, es imposible tener mucha plata y tener todos los libros de entrada. Entonces pienso ‘no, vuelvo al kiosco, no necesito tanto stock y vendo en el día a día’.

LM: ¿Seguís con esa idea?
GA: No creo que lo haga, porque estoy en mi casa y no pago alquiler. Sí es una posibilidad. Me cuesta creer que vamos a mejorar el año que viene, en el tema político. Estoy muy en contra de estas medidas que se están tomando y bueno, capaz eso no me deja ver con tanta claridad, uno se pone en cabeza de termo. Tampoco quiero que nos vaya mal, pero las cosas no creo que se acomoden solas.
LM: ¿Cómo es el público de Desnivel?
GA: Conocemos a casi todos los clientes, porque son habituales. Es un cliente que quiere tener su colección. Por eso tratamos, aunque es muy difícil, que no se ojeen tanto los libros; después viene un cliente y ve que un libro está demasiado abierto y no lo quiere, espera a que llegue otro. Vienen generalmente por eso, para completar colecciones, más allá de que les gusta leer.

LM: ¿Sólo venden libros nuevos?
GA: Sí. El mundo del usado no lo conozco tanto. En algún momento quise aprender cómo se cotiza un libro usado, pero hay que tener mucho tiempo: hay que controlar que estén todas las páginas, la edición. Por ahí te traen un libro viejo que a lo mejor vale veinte veces más que los nuevos que tenés por el hecho de que no está reeditado o es primera edición… por todo esto dije ‘no, a esto no me dedico’.
LM: ¿Alguna vez vino mucha gente a buscar un libro en particular?
GA: Demon Slayer. Desde que arrancó no paró. Hay algunos números dando vuelta que dicen que se ha vendido más rápido que Dragon Ball. Además ahora salió la serie animada y eso hizo que se vuelva más popular.
Sí es verdad que el año pasado teníamos un cliente que se llevaba cinco mangas. Hoy ese cliente se lleva uno. Antes un cliente tenía cinco series abiertas y hoy se dedica a completar una sola, sin abrir otras nuevas. Es por un tema de plata. Se volvió más caro el colectivo, el internet. El libro ha quedado muy marginado.

LM: ¿Venden libros de autores locales?
GA: Sí, cuesta mucho venderlos, pero tenemos un rinconcito con locales. Cuesta porque la gente viene a buscar lo que quiere leer y no conoce tanto.
«Creo que tiene que haber más ferias donde se invite a autores sanjuaninos, me parece que es ahí donde tienen que aprovechar a vender, no tanto en las librerías».
gABRIEL áLVAREZ, dESNIVEL.
LM: ¿Qué es lo que más te gusta de este trabajo?
GA: La tranquilidad de estar acá y de lo que uno aprende. Hay muchas cosas que no leo y viene gente, te comenta libros y te genera interés en leer algo a lo que no le das bola.