Del uniforme militar a fashionistas de Vogue, sin escalas

Mientras miles de ucranianos pierden la vida defendiendo a su país, el presidente de Ucrania y su esposa aparecieron en la revista de moda.

Domingo 31 de julio de 2022 – 12.20hs

Aunque hoy otros temas nos aquejan, no está de más recordar que afuera la guerra en Ucrania sigue (y de hecho, eso  influye en las condiciones económicas de buena parte del mundo, incluida la Argentina). Así que hablemos de eso (si querés entender mejor qué está pasando entre Ucrania y Rusia, hacé click acá).

Las guerras transcurren y además de estruendos y muerte y todo lo que acarrea la decisión de invadir y defenderse, siempre hay mucha más tela para cortar. Esa cosa extra nos habla de los tiempos en los que vivimos y allí nos vamos a adentrar. ¿Qué pasó ahora? La famosa revista Vogue le hizo un reportaje a la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, con participación del presidente de ese país, Volodímir Zelenski. Estas fueron algunas de las imágenes de la fotógrafa Annie Leibovitz, que ilustraron la nota:

Probablemente a todes nos pasó lo mismo en el preciso instante en que vimos estas imágenes. Será por eso que la polémica no tardó en llegar: que el postureo, la frivolización y el ¿hasta dónde? para narrar un país en guerra. Todo eso en el contexto de una revista que se ha dedicado por décadas a la moda. ¿Qué podía salir mal?

El artículo en cuestión

«Retrato de valentía», se titula el artículo de Rachel Donadio y describe a la primera dama como «franca, digna y elegante». Tiene de todo: detalles de la vida personal de Olena Zelenska, su participación en los sucesos relacionados a la invasión de su país por parte de Rusia y hasta apreciaciones sobre la ropa que usó para la entrevista. Así, además de referirse a temas como el futuro de la guerra de repente uno se topa con párrafos del estilo: «El primer día llevaba una blusa de seda color crudo con un lazo de terciopelo negro atado al cuello, falda negra a media pierna y el pelo rubio ceniza recogido en un moño. Al día siguiente, me recibió con unos vaqueros de pata ancha y unas zapatillas blancas». Lo mismo sucede cuando el artículo considera como una fuente interesante de consultar a Julie Pelipas, la diseñadora ucraniana que dirigió el estilismo del reportaje. «Cuando lleva un traje pantalón, no tiene miedo de parecer demasiado masculina al lado del presidente», dice ella (para leer la nota en cuestión, hacé click acá).

En general parece haber un intento irrevocable de ilustrarla como la madre de los niños que han quedado desamparados en Ucrania, pero eso viene de la mano de lo que la propia primera dama ha querido mostrarle al mundo. Hace poco Olena protagonizó una visita extraoficial a Estados Unidos, donde se reunió con el Presidente Biden y su esposa, Jill Biden; el Secretario de Estado, Antony Blinken y algunos legisladores estadounidenses. Aprovechó la ocasión para mostrar fotos de niños ucranianos asesinados a manos de cohetes rusos y hablar desde su condición de «madre e hija».

Quizá lo que perturba es que las imágenes del presidente y la primera dama que ilustran esta nota, tienen ese olor inconfundible a modelo posando ante una cámara, mucho más que a fotoperiodismo. Puede que algo de eso esté relacionado con el pasado mediático de  Zelenski, un hombre que ya era famoso antes de ser presidente. Cómico, una cara reconocida del cine y la televisión y cofundador de una de las mayores productoras audiovisuales de ese país, Studio Kvartal 95. Esa productora estuvo detrás de «Evening Kvartal», un programa que satirizaba a los políticos y las costumbres de la región y que algunos han llegado a describir como un Saturday Night Live. El ahora presidente Zelenski fue nada más y nada menos que el protagonista y su esposa Zelenska, la guionista. Porque la vida tiene esas casualidades (o no tan casualidades), en 2015 Zelenski representó en una serie de televisión a un profesor que terminaba siendo electo presidente de Ucrania. La propia Vogue incluye la anécdota de que después de la verdadera victoria del ahora presidente Zelenski, este le dijo a uno de sus allegados: «intentaremos cambiar el país a mejor, y luego me iré y volveré a ser productor, haré una película basada en mi experiencia y ganaré el Oscar». Olena en cambio se describe como una persona a la que le gustaba más vivir en las sombras, pero poco podemos saber sobre cómo se decidió llevar adelante un reportaje como este.

La revista Vogue, mucho más que moda

Vogue es una de las revistas más famosas en el mundo, especializada en «belleza», moda y celebridades. Fue fundada por Arthur Baldwin Turnure en el Estados Unidos de 1892 como un semanario para las clases altas. Por eso se hablaba de y para la «gente bien», cosas de etiqueta, se sabe. ¿Qué hace entonces ahora una revista así publicando una nota como esta?

La verdad es que Vogue ya ha escrito sobre la guerra, por ejemplo, reflexionando sobre la reacción de la industria de la moda al conflicto ucraniano. De hecho, podemos irnos mucho más atrás. Durante la Segunda Guerra Mundial, la editora en jefe de British Vogue, Audrey Withers publicó la frase “Existe Vogue a pesar de todo”, en la edición posterior a que los edificios del propio equipo de Vogue fueran bombardeados por los alemanes. Así también, en octubre de 1945, la portada de la revista se hacía eco del fin de la guerra.

Portada de Vogue durante la Segunda Guerra Mundial.

Otra portada icónica fue la que Vogue Italia le dedicó al mundo en pandemia en abril de este año. Según el editor en jefe, Emanuele Farneti, la página en blanco hablaba de «respeto, renacimiento y luz después de la oscuridad”. Ese blanco, dice el editor, es el de «una página en blanco esperando ser escrita», conectando con la época posterior a la crisis de 1929 en que comenzó a usarse la ropa de ese color como símbolo de «la pureza en el presente y la esperanza para el futuro».

La Portada de Vogue Italia por la pandemia de coronavirus.

Completamente a favor de estas coberturas que no son ajenas al mundo en el que son creadas. Pero ¿se puede hablar de «skin-care» y al día siguiente de una guerra que se ha cobrado vidas? La autora no es ajena a esa disyuntiva y por eso aclara: «Resulta extraño hablar del exterminio del pueblo ucraniano y de la moda de Ucrania en la misma conversación, y sin embargo esa es la disonancia cognitiva que rige la Ucrania actual».

¿Una estrategia inteligente o más espectacularización de la política?

Afuera los ucranianos luchaban por su vida y la continuidad de su nación bajo los límites anteriores al comienzo de esta guerra. Mientras tanto, el presidente Zelenski se sacaba fotos con su esposa para una revista de moda. Esa fue la lectura más generalizada de lo sucedido. A primera vista pareciera ser un claro ejemplo de la espectacularización de la política en tiempos de guerra, un narcisismo potenciado por la función pública y una retórica de victoria que por ahora todos en Occidente quieren -pero nadie puede a la luz de los hechos – confirmar. No tengo ninguna evidencia para afirmar lo contrario. Sí hay que poner sobre la mesa la hipótesis de que podría haber algo de hacer lo que sea para no desaparecer de las tapas de los diarios y que no nos olvidemos de Ucrania. Desde el principio, ese fue el reclamo de Zelenski viendo que los países de este lado se embanderaban por la causa pero nadie quería poner pie en el territorio para defenderlo. Estratégicamente, bombardear desde los medios de comunicación siempre funciona y en este caso podría haber servido simplemente para abrir otro frente de la mano de una de las revistas más populares del mundo con un público claramente delimitado.

Sea como sea, leer sobre una mujer que carga sobre sus hombros las emociones de un país en guerra y que antes de continuar al párrafo siguiente aparezca el link de «un look bronceado con cejas perfectas», parece una experiencia nefasta y habla mucho de eso en lo que internet nos ha convertido (¿o al revés?). Al mismo tiempo, el artículo deja entrever un claro foco en lo emocional. Se incluyen anécdotas del tipo «la historia de amor entre el presidente y la primera dama» (porque pareciera desde siempre ser esa clase de cosas las que «convocan» a las mujeres). 

Es cierto que faltan más relatos de cómo viven las mujeres la guerra, por fuera del lugar de víctimas. Esta nota es un paso en esa dirección con el agregado de que, más allá de las fotos que se viralizaron, también se incluyeron algunas de Olena cuya postura corporal y escenario la ilustran como una mujer fuerte y poderosa. Por eso defrauda encontrar todo el tiempo alusiones a su rol de madre y guardiana de las emociones del país: que pareciera que las mujeres sólo pueden ser modelos a seguir para otras mujeres. ¿Pero es esto enteramente culpa de Vogue? Entrevistado por la revista, el presidente de Ucrania dice sobre su esposa: «para las mujeres y los niños, que mi mujer esté aquí es un ejemplo. Creo que ella desempeña un papel muy poderoso para Ucrania, para nuestras familias y para nuestras mujeres». El reportaje simplemente refuerza los estereotipos que ya cargamos en un mundo como este.

Primera dama de Ucrania, Olena Zelenska (fuente: Vogue)
Primera dama de Ucrania, Olena Zelenska (fuente: Vogue)

Sin embargo sería deshonesto alegar que ahí se termina todo. Entre comentarios sobre faldas y volados o el color que toman los ojos de Olena ante la mención de ciertas cosas, la autora hace claras referencias a cuestiones de geopolítica. Y hacer foco en eso parece más relevante que la primera queja sobre la frivolidad.

«Si Vladimir Putin puede invadir un país soberano para cumplir con su ambición de reunificar el antiguo imperio ruso, ¿dónde se detendrá?», se pregunta en el artículo Rachel Donadio, que como muchos otros, cree que Putin es el primero en hacerlo. Dice también que la presidencia de Zelenski «puede determinar el destino del mundo libre», sosteniendo de nuevo esa ilusión de una lucha entre el bien y el mal, discurso que curiosamente se reproduce ampliamente en países con poder de decisión y ¿pasados? imperialistas. Aunque la invasión de Rusia a un país soberano es claramente condenable, nadie osaría pensar que comentarios como los de Donadio guardan inocencia, mucho menos neutralidad.

No deja de ser motivo de celebración que compañías que se asocian a temáticas popularmente consideradas más banales puedan acercarse a temas que nos son relevantes: que la moda puede también aportar al análisis histórico de lo que pasó y pasa. El problema es hacerlo sin contexto, queriendo generar empatía con una sola versión de las cosas y sin abrir espacio para el debate. Retratar hoy a la primera dama de Ucrania no es una frivolidad, es más bien una decisión política, una invitación a entender que todo todo -hasta la moda-, está teñido de un color (algunes simplemente aprenden a maquillarlo mejor).

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