Ambiente caldeado en Gobierno: cortocircuitos entre alfiles de Fabián Martín
Un subsecretario fue desplazado por un conflicto que fue escalando con su superior. Una declaración, el chivo expiatorio. Ambos, del riñón del vicegobernador.

El subsecretario de Conservación de la Secretaría de Ambiente, Mario Santori, fue desplazado de su cargo. La noticia se conoció este lunes por la tarde y, aunque el comunicado oficial evitó dramatismos, se trata de la salida de un funcionario de peso dentro de esa dependencia.
El episodio ocurrió pocos días después de que Santori hablara públicamente sobre la habilitación para la caza de jabalíes, un tema que incomodó más de lo que el mismo Gobierno admite. Aun así, desde el entorno oficial dejaron trascender que le asignarán nuevas tareas. Dónde y cuándo, nadie sabe -o nadie dice-.

Santori no era un improvisado: respondía políticamente al vicegobernador Fabián Martín y había llegado al cargo al inicio mismo de la gestión de Marcelo Orrego. Durante estos meses fue una de las caras visibles en los operativos de fiscalización ambiental y en la protección de áreas naturales. También tenía una presencia activa en redes sociales, donde mostraba con entusiasmo su trabajo. Quizás demasiado entusiasmo.
¿Una disputa interna entre “martinistas” por el poder?
La experiencia de Santori en la Secretaría de Estado de Ambiente no es menor: fue parte del engranaje durante años y se formó bajo la tutela de Raúl Tello, el histórico funcionario que diseñó desde cero la estructura ambiental de la provincia durante los gobiernos peronistas. Con el tiempo, Santori aprendió los códigos internos de la gestión pública y supo moverse con soltura en esa maquinaria.
Luego, acompañó a Fabián Martín en su paso por la Municipalidad de Rivadavia y se integró a los equipos técnicos de Orrego en temas ambientales. Esa trayectoria lo llevó, casi naturalmente, a ser designado subsecretario de Conservación.

Aquí aparece la figura de Federico Ríos Yáñez, el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia. Su jefe. Tanto Santori como Ríos forman parte del círculo político más cercano al vicegobernador Martín. Los dos responden a su conducción, aunque, según fuentes cercanas, su relación personal no era para nada buena.
De hecho, las diferencias entre ellos eran conocidas puertas adentro de la Secretaría de Ambiente. Santori, con experiencia y cierta autonomía ganada por años en la gestión pública, chocaba con el estilo de Ríos, un funcionario sin trayectoria técnica en el área, pero con respaldo directo por su cercanía personal con Martín.

Por estos motivos, todo indica que, para evitar que el conflicto escalara, se optó por correr a Santori del centro de la escena. Si bien la salida de Santori fue presentada como una reubicación, el Gobierno se apuró en atribuir el desplazamiento a una declaración “desafortunada” sobre la caza de jabalíes, aunque en el fondo se sabe que su postura no carecía de fundamentos técnicos.
Para descomprimir, el Gobierno anunció que tendría nuevas funciones, aunque no precisaron cuáles. Se barajan alternativas: otro ministerio, o más probablemente, un lugar en la Cámara de Diputados, espacio donde Fabián Martín —como vicegobernador y presidente natural de la Legislatura— tiene margen de maniobra y sillones disponibles.

Martín no logró tallar demasiado fuerte en el reparto del poder dentro del Ejecutivo provincial. Los espacios que le asignaron son, en su mayoría, de segunda o tercera línea. Ambiente, hasta ahora, era la excepción: un área con cierta autonomía, con agenda y visibilidad propias. Si el reemplazo de Santori viniera desde el riñón orreguista, no sería solo un cambio de nombre . Sería, también, un recorte simbólico -y real- de la ya acotada influencia de Martín en el gobierno que ayudó a construir.
Jabalíes y el arte de sacarse a un tipo de encima
El movimiento sorprendió. Su desplazamiento ocurrió apenas unos días después de que Santori declarara sobre la posible habilitación para cazar jabalíes en San Juan. Sus declaraciones encendieron una alarma que la Secretaría de Ambiente intentó apagar a toda velocidad con un comunicado oficial.
Santori había dicho que el jabalí es una especie invasora y que pone en riesgo a la fauna autóctona, como los guanacos o los pumas. “El jabalí puede matar, entonces sería muy peligroso que el jabalí ingrese a nuestra fauna. Debemos estar atentos, hacer los controles necesarios”.
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Desde la Secretaría de Ambiente intentaron cerrar el episodio con una frase de manual: “Este Gobierno reafirma su compromiso con el cumplimiento de la legislación ambiental vigente y enfatiza que bajo ninguna circunstancia se promoverán acciones que vulneren las normativas establecidas”. Una manera elegante de decir que Santori había hablado más de lo que debía.
Mientras tanto, no se anunció aún quién lo reemplazará en la subsecretaría ni cuáles serán sus nuevas funciones.