UDAP, el gremio sin paz

Un conflicto entre las dos principales corrientes de la Lista Verde dejó al ala más combativa del sindicato de docentes sanjuaninos afuera de la conducción. Los detalles, en la nota.

12/12/2023

Menos de un año duró la armonía entre la nueva comisión directiva del principal sindicato que agrupa a docentes sanjuaninos. Su secretario adjunto, Damián Ocampo, y la secretaria gremial, Carina Lobos, fueron separados de sus cargos ejecutivos acusados por “graves prácticas antisindicales”. La dirección comandada por la secretaria general Patricia Quiroga y que tiene entre sus filas a la referente Silvia Pelletier, logró “quitarse” de encima al ala más combativa del gremio.

Patricia Quiroga y Damián Ocampo, una relación desgastada y completamente rota.

Para entender el problema es necesario recapitular. En abril de este año, la Lista Verde venció a la Celeste de Luis Lucero en las elecciones gremiales. La lista ganadora había sido constituida por dos grandes grupos: una parte referenciada con la Celeste que se había roto hace años y que habían salido del ala de Lucero (Quiroga y Pelletier); y otra parte anclada al espacio de Causa Docente-PCR-PTP (Ocampo y Lobos) que contó con ayuda y apoyo del gremio de docentes universitarios ADICUS.

A pesar de que tras ganar las elecciones Quiroga quedó como secretaria general y Ocampo como número dos, fuentes cercanas al gremio señalan como verdadera líder del espacio a Pelletier.

Quiroga y Pelletier, las líderes de UDAP.

El conflicto que explotó en la conducción del gremio

La relación anterior entre Quiroga y Ocampo, cuando armaron la Lista Verde, no era del todo fluida. Sirvió para ganar. ¿Qué pasó? Cuando tuvieron que enfrentarse a la primera paritaria con Uñac luego de la victoria en abril, se rompió la armonía entre los dos bandos. El ala de Ocampo propuso una dinámica para poder contener a todo el movimiento autoconvocado, de miles de docentes que no son afiliados a UDAP, en la decisión final sobre qué hacer con el acuerdo paritario que proponía el Gobierno a través de algo que se llaman mandatos escolares.

Mandaron mandatos a las escuelas donde los docentes firmaban por sí o por no al acuerdo, más allá si eran afiliados o no. Esos mandatos se iban a leer en ese plenario de delegados en donde se definía finalmente si se aprobaba o no el acuerdo. El embrollo está allí. Cuando tenían que leerse esos mandatos, no se leyeron en el plenario y los delegados terminaron decidiendo aceptar.

¿Quiénes son los que aceptaron? La conducción referenciada en Pelletier. Y la parte de Ocampo no quería aceptar porque ellos sabían que el resultado de esos mandatos era negativo.

El ala ocampista quería referenciarse con el movimiento docente en general. Hubo fuertes acusaciones cruzadas que fueron publicados por Diario Huarpe.

Ese día, el 15 de agosto, se había llevado a cabo una nueva sesión de la mesa de negociación salarial entre el Gobierno y los docentes. En la reunión previa, todas las partes habían mostrado disposición para llegar a un acuerdo. Había expectativas positivas. El panorama cambió drásticamente cuando Quiroga llegó a las oficinas del Ministerio de Hacienda con la intención de rechazar la propuesta.

Inicialmente, se difundió la información de que las bases docentes habían aceptado la propuesta con ciertas reservas. No obstante, momentos antes de la reunión, esta percepción se modificó. Los cálculos indicaban un rechazo mayoritario, alrededor del 60%, según datos proporcionados por el secretario adjunto Damián Ocampo a Quiroga. Sin embargo, esta cifra incluía tanto a afiliados como a no afiliados.

Para abordar la situación, se decidió desglosar la lista, y al considerar únicamente a los afiliados, la propuesta salarial obtuvo un respaldo afirmativo.

No obstante, este paso inicial resultó ser el inicio de un problema, según Quiroga. Durante la jornada, se tomó la decisión de determinar si solo se contabilizarían los votos de los afiliados o también se incluirían los de los no afiliados. Mayoritariamente, se optó por considerar únicamente a los afiliados. En medio de este proceso, la secretaria gremial, Carina Lobos, quien estuvo presente desde el principio pero no había participado activamente en la mesa, se acercó para señalar que había un error en lo que se estaba comunicando. Según su versión, los afiliados no habían aceptado la propuesta, a pesar de la información previa que indicaba lo contrario.

Quiroga afirmó públicamente que los afiliados habían aceptado la propuesta salarial, mientras que Ocampo argumentaba que, en realidad, los mandatos indicaban un rechazo mayoritario. Ocampo acusó a Quiroga de haber mentido en el plenario, mientras que la secretaria general defiendió su posición alegando que él nunca le había informado sobre la negativa de los afiliados y sostuvo que el plenario fue testigo de su versión.

La expulsión

Tras la denuncia de Quiroga a Ocampo de proporcionar «datos falsos» sobre la postura de los afiliados respecto a la propuesta salarial, donde alegaba que Lobos tenía conocimiento de estos hechos y que lo reveló después de que se tomara una decisión en el plenario de delegados, la situación se coronó con la destitución de Ocampo y Lobos.

La secretaria general, Patricia Quiroga, afirmó que se presentaron pruebas y que ambos tuvieron la oportunidad de defenderse. La decisión fue tomada por el Plenario de Delegados Escolares, que previamente suspendió a Ocampo y Lobos en octubre por su participación en «graves prácticas antisindicales».

Aunque aún no se anuncian los nuevos designados, el comunicado del Secretariado Ejecutivo de UDAP confirmó la separación de Ocampo y Lobos de sus cargos ejecutivos, aunque se les permite continuar siendo afiliados.

Quedará por ver cuál será la postura del gremio y de los docentes en general a la hora de negociar la paritaria con el nuevo gobierno de Orrego. Usualmente, se hace hacia fines de febrero y comienzos de marzo, y marca la pauta de lo que serán los aumentos en el resto de los estatales.

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