Pez Dorado: Audiovisual de narrativas sensibles
Ana Clara Bustelo y Tatiana Oruste constituyen la productora audiovisual Pez Dorado. Ambas llevaron a cabo “El nombre de mi amiga”, un corto recientemente seleccionado para el Keralas Film Festival en la India. A través de imágenes y sonidos, las realizadoras intentan contar el mundo desde el audiovisual con una óptica humana y sensible.
-Tomá. Date un tucazo, te va a relajar.
Así le dice Malvi a su amiga Chola, las dos viejas sentadas en un sillón que podría ser el de cualquier abuela. Este es solo un fragmento ínfimo del universo de “El nombre de mi amiga”, un cortometraje ficcional de la productora sanjuanina Pez Dorado, recientemente elegido para participar en el Keralas Film Festival, un festival de cortos de la India.
Cuando Ana Clara Bustelo y Tatiana Oruste terminaban su carrera de Cine y Televisión en la Universidad Nacional de Córdoba nació “El nombre de mi amiga”. El corto cuenta la historia de Chola, una vieja que con 80 años le confiesa a su amiga Malvi que nunca le gustó el apodo que siempre llevó («vieja» como una forma de nombrarse a sí mismas, de resignificar la palabra, de apropiársela).
Entonces, por primera vez, su amiga le pregunta cómo se llama. La pregunta nos abre al mundo que será construido en esta pieza audiovisual en que la vejez puede ser contada e interpretada desde la sensibilidad, el asombro y el respeto.La producción constituyó el trabajo de fin de carrera de Ana Clara y Tatiana. Desde su paso por la universidad, las dos realizadoras trabajan en conjunto y hoy conforman la productora audiovisual Pez Dorado, nacida en San Juan en el año 2018.
Por lo general, Ana guiona y dirige y Tatiana produce. “La productora nació a partir de un proyecto de largometraje que es ‘El agua nunca dolió’ y se va a filmar con el INCAA a fin de este año”.
A través de imágenes y sonidos, en Pez Dorado crean narrativas sutiles donde la vejez, la adolescencia o la niñez son relatos que pueden ser reescritos de formas diversas. Este es el caso de “El nombre de mi amiga” cuyo rodaje fue enteramente desarrollado en pandemia.
El corto intenta representar la vejez desde un lugar más activo, rescatando la fuerza que pueden tener vínculos como la amistad. “Siempre se piensa la vejez como una etapa en la que se pierden cosas: se pierden amigos, se pierde la economía, se pierden aptitudes físicas. Pero, a pesar de que somos conscientes de que la vejez es una etapa difícil y sobre todo en los contextos que vivimos, sí creemos que es una etapa en la que también se pueden experimentar ganancias como, por ejemplo, poder liberarse aunque tengas 80 años, poder tener una amiga, generar vínculos cercanos, redes”, rescata Ana Clara, guionista y directora del cortometraje.
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La idea del cortometraje surgió a raíz de una experiencia de la directora con su propia abuela. “El nombre de mi amiga” llegó a la India gracias a una distribuidora que, desde Buenos Aires, distribuye la pieza. Debido a esto, la producción no es de público acceso.
Para Ana, la selección en el festival tiene mucho que ver con la visión de vejez que existe en aquellos países. “Nosotros tenemos una visión súper occidental de la vejez como algo pasivo, siempre representado desde la enfermedad o la inactividad. Siento que en otros espacios valoran un poco más la sabiduría de esa etapa o el recorrido como aprendizaje, los años como aprendizaje. Es un lugar donde se valora este tipo de visiones sobre la vejez”, reflexiona la directora.
Rodaje confinado
Como se mencionó, todo el proceso de producción del corto se realizó en plena pandemia. Ana explica que “fue un desafío muy grande porque las protagonistas del corto eran las personas que más expuestas estaban a la muerte, eran personas mayores. Fue un trabajo muy complejo en ese sentido, pero también charlamos mucho con ellas y ellas necesitaban hacerlo”.
Ellas son Edith y Nora, las artistas que dieron vida a los dos personajes protagonistas. Edith, encarna a Chola y Nora, a su amiga Malvi. Ambas fueron seleccionadas como protagonistas a través de un casting que realizó la productora mediante videos. “Estaba la posibilidad de esperar y rodar después pero ellas querían hacerlo porque se sentían muy estancadas anímicamente por todo lo que estaba pasando con el confinamiento”, comenta la guionista y directora.
El club de las fracasadas
Desde que se constituyeron como productora, en Pez Dorado pusieron en marcha múltiples proyectos que van encontrando vías de desarrollo a través de distintos medios de financiamiento, en gran parte, gracias a fondos de fomento nacionales. Uno de esos proyectos es “El Club de las Fracasadas”, una serie que ganó un concurso del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (INCAA) y obtuvo financiamiento para su rodaje. Ya finalizada la etapa de rodaje y post producción, la serie espera a ser estrenada por la plataforma CINE.AR.
En esta oportunidad la temática es la adolescencia como una búsqueda. La guionista adelanta, “la serie habla mucho de la adolescencia como un mar de deriva donde no tenemos muy claro dónde vamos, ni quiénes somos, como una búsqueda de la identidad y sobretodo del uso que hacemos de las redes y de los medios de comunicación”.
La idea de esta producción estuvo en gran medida atravesada por los efectos que la pandemia dejó en las adolescencias. La angustia, el sentido de deriva, de incertidumbre, los miedos. “Ellos a lo largo de la serie tenían una pregunta que no estaba implícita, era un trabajo actoral: ¿Qué vamos a hacer cuando salga el sol? ¿Qué vamos a hacer con esta angustia, con esto que nos pasa?”, relata Bustelo, quien también dirigió la serie.
Ahora, solo quede esperar el estreno para sumergirnos en el mundo de Victor, Felicitas y Dolores, los protagonistas de “El Club de las Fracasadas”.
Pez Dorado se abre camino a paso firme en una industria gigantezca: una serie por ser estrenada en CINE.AR, un largometraje financiado por el INCAA en etapa de preproducción, un corto seleccionado para un festival de la India, la segunda edición de su podcast “Conversaciones en la pecera”, y toda la narrativa audiovisual que aún queda por delante.