Peces muertos en el dique Cuesta del Viento: La Fiscalía de Jáchal sigue sin recibir los informes ambientales y la causa no avanza
Aunque la Secretaría de Ambiente confirmó que los peces murieron por condiciones naturales, la Asamblea desconfía profundamente y denuncia contaminación.
La Asamblea Jáchal no se toca denunció la aparición de grandes cantidades de pejerreyes muertos en las costas del Dique Cuesta del Viento. La Secretaría de Ambiente emitió un informe que expresa que la contaminación no está vinculada a la minería. Sin embargo, un integrante de la Asamblea presentó pruebas ante la Fiscalía que contradicen la versión oficial.
Según la organización de Jáchal, el hecho se debe a una contaminación de cianuro que provendría de la mina Veladero. La noticia rápidamente se replicó en medios locales, nacionales e internacionales.

Ante el revuelo mediático, la Secretaría de Ambiente realizó un análisis en la zona y confirmó que la causa no está vinculada a contaminación minera. El Laboratorio del Parque de la Biodiversidad determinó que el evento está asociado a «las condiciones naturales del cuerpo de agua, por bajos niveles de oxígeno en zonas costeras con poca circulación y acumulación de materia orgánica”.
Pese a la versión oficial, el 11 de noviembre Saúl Zeballos, integrante de la Asamblea Jáchal No se Toca presentó en la sede judicial de San José de Jáchal mediciones realizadas por técnicos independientes. Las muestras, tomadas al día siguiente de la aparición de los peces, evidencian valores de oxígeno normales. Estas pruebas refuerzan la hipótesis de que la causa está vinculada a la contaminación por metales pesados.
Desde la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) Norte señalaron a La Mecha que aún no han recibido el informe de Ambiente. «No me ha llegado nada de Ambiente. Inclusive en el día de ayer se ha remitido vía mail para contar con el informe oficial. Se va a evaluar una vez que tengamos todos los elementos», expresó el Dr. Sohar Aballay, de la UFI Norte.
«El periodo de investigación es de 90 días en los cuales cual nosotros tenemos plazos para juntar y analizar las pruebas del legajo y ahí se puede avanzar o queda ahí», señaló.

“El valor mínimo detectado ese día fue de 7,84 miligramos por litro, con una saturación del 97,4% y una temperatura de 17º. El valor máximo fue de 9,16 mg/l con 112% de saturación y 16,7º”, declaró. Los pejerreyes necesitan al menos 6 mg/l de oxígeno disuelto, por lo que los valores de oxígeno serían los adecuados.

Zeballos acompañó la declaración con fotografías y registros técnicos, que fueron incluidos en el expediente judicial.
En dialogó con La Mecha, Zeballos negó el análisis de Gobierno. “El comunicado nos hace acordar al derrame del 2015, en el que terminamos descubriendo la contaminación que había en el Río Jáchal«, señaló.
Las palabras de Saúl se refieren a las primeras respuestas que obtuvieron del Gobierno en el derrame de Veladero en 2015. Es que en ese momento, el gobernador José Luis Gioja buscó minimizar la gravedad del asunto y, recién frente a la presión de los habitantes, inició acciones.

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La Secretaría de Ambiente confirmó que continuarán con un seguimiento sistemático y nuevos monitoreos periódicos. Sin embargo, Zeballos desconfía del ente y denuncia que se trata de un informe dudoso: “Están ocultando la contaminación del río. Hay profesionales que se prestan para cubrir una situación irregular”, dijo.
«Creemos que la causa no puede ser la falta de oxígeno, sino la contaminación”, sostuvo.
Cabe destacar que la Asamblea denunció en 2022 un nuevo derrame de cianuro de la mina que fue desmentido por la empresa Barrick. La denuncia surgió del informe de una periodista independiente basado en muestras de la Universidad Nacional de Cuyo. “No tienen fundamento” fue uno de los argumentos de la empresa minera.
Un hecho similar sucedió en febrero de 2024: aparecieron peces muertos en las costas del Dique San Agustín, en Valle Fértil. Tras un análisis técnico, la Secretaría de Ambiente concluyó que la causa no estuvo ligada a contaminación del agua, sino a una falta de oxígeno debida al poco recambio que recibe el embalse y a la falta de lluvias.
