¿Qué hay detrás de los números?
Detrás de los números existen historias cuya densidad no cabe en una cifra. Relatos de personas de carne y hueso cuya vida cambió radicalmente luego de perder un trabajo. Detrás de los números existen las presiones de trabajadores que no solo tienen el desafío de reinventar su economía, sino de soportar el peso de un discurso de odio, precisamente apuntado y agresivamente disparado.
Los datos del INDEC del primer trimestre de 2024 revelan que en San Juan existen al menos 3000 nuevos desocupados. Seguramente, ese número aumentará en el informe correspondiente a los meses de abril, mayo y junio debido a los nuevos despidos en el sector público y privado.
Sin embargo, el número no puede contener el sentido de historias como la de la Ingeniera Agrónoma y Magíster en Cultivos intensivos Virginia Rizzardi. “Si bien trabajar en Uber es un trabajo honesto, me siento desperdiciada. Estudié en la Universidad Pública y el Estado invirtió en mí, le puse mucho huevo para recibirme”. La profesional cuenta con 32 años de experiencia en su campo y hoy no consigue trabajo después de haber sido despedida del Instituto Nacional de Semillas (INASE).
Virginia se graduó en la UBA, tiene 57 años y se define como subocupada porque si bien perdió su trabajo principal, tiene un cargo de dedicación simple en la Facultad de Ingeniería y participa en proyectos de extensión universitaria. Además, comentó que el año pasado pudo comprar un segundo auto con ahorros y lo puso a trabajar de remis. Esto sumado a que los fines de semana trabaja como Uber y gana un extra. Pese a estos ingresos, cuando fue despedida del INASE en marzo de 2024, perdió su salario principal y actualmente tuvo que mudarse a una casa de su familia porque no podía seguir alquilando.
Quizás el impacto más fuerte de ser despedido tiene que ver con la economía personal. Pero existe otra aflicción particular en este caso que está relacionada con el ataque mediático hacia los trabajadores públicos. “Me da mucha rabia la campaña de desprestigio. Estoy segura que hubo compromiso en cada uno de mis compañeros, creímos en el sector, lo defendimos, hemos trabajado mucho más de lo que teníamos que trabajar”. Este es el relato de Belén Mallea, Trabajadora Social de 38 años quién comenzó a trabajar en la Secretaría de Agricultura Familiar en el 2011 y recientemente fue despedida. En su caso, no solo perdió un trabajo sino una parte de su vida. Entre lágrimas expresó: “Tengo compañeros que trabajan desde el 94 y han dejado su vida ahí. No solamente perdés el trabajo sino una parte de tu vida, es muy duro”.
El dolor es común en los trabajadores despedidos porque todos han sentido el ataque discursivo. Daniel Solar tiene 62 años y trabajó durante 11 años en el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), desde que fue fundado en 2015 por Mauricio Macri. “Lo más duro para todos nosotros fue descubrir el odio de la gente hacia los empleados públicos. Justifican que estás bien echado, que sos un vago que no hace nada. Este mensaje, que está muy bien diagramado, caló muy hondo”, expresó el ex trabajador estatal y periodista.
Daniel Solar se dedica al periodismo y la comunicación desde hace casi 40 años. Se topó de casualidad con el oficio cuando a los 25 años aprovechó su cercanía con el hockey para cubrir un evento deportivo para Diario de Cuyo. “En esa época el Cuyo tenía 500 empleados, tiraba diariamente 30.000 o 40.000 ejemplares y el domingo algo de 60.000”, recordó. Como consecuencia del periodismo, se topó con la política y en 2008 fue parte de la fundación del partido radical FORJA. Así fue como Daniel fue asesor de la ex legisladora Silvia Vázquez quién fue una de las impulsoras de la Ley 26.522 mejor conocida como Ley de Medios. “Yo estuve en las reuniones en las que se esbozaron los primeros artículos, estuve en los debates y en el armado”, comentó el periodista. Así fue que con idas y vueltas, comenzó a trabajar en el recién fundado ENACOM.
Actualmente Daniel alquila y vive con su esposa. Tiene cuatro hijas, dos de ellas son profesionales y el resto estudia. El trabajo en el ENACOM era su sustento. Hoy tiene incertidumbre sobre su jubilación porque Diario de Cuyo no rindió sus aportes y únicamente cuenta con los 11 años que trabajó en el Ente de Comunicaciones.
Además de las historias de los trabajadores despedidos, están las realidades de organismos públicos desmantelados y personas vulnerables que dejan de recibir asistencia. Este es el caso del ex Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades. “Por año atendíamos a más de mil mujeres. Nos trasladábamos a distintas partes de la provincia y el trabajo nos desbordaba. La violencia por motivos de género es un flagelo que está impuesto en la sociedad y es muy difícil de eliminar. Ahora muchas personas van a quedar afuera de toda esta asistencia”.
El testimonio corresponde a Sofía Sánchez Cavalier, abogada sanjuanina de 34 años. Trabajó en el ex Ministerio hasta marzo, fue parte de la primera ola de 240 despidos. Posteriormente el Gobierno Nacional desvinculó a 685 trabajadoras más y antes había convertido el organismo en la Subsecretaría de Protección Contra la Violencia de Género.
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La actualidad presenta miles de historias como las anteriores. El desempleo comienza a aparecer como un problema social y económico. Es la consecuencia del achicamiento del estado pero también de una recesión que azota al sector privado. Los números indican que esta situación se recrudecerá y los relatos muestran su crudeza. Mientras tanto, cotidianamente el Gobierno Nacional anuncia con orgullo que más y más personas compartirán la misma suerte que Daniel, Belén, Virginia y Sofía.