8M A LAS CALLES: ¿Dónde está mi revolución?

Si ahora la revolución se hace con motosierra, ¿dónde está mi revolución? ¿Sigue siendo revolucionario el feminismo?

Las particularidades de este 8M nos lanzan a las calles a marchar con más convocatoria y más fervor que los años anteriores. El encuentro y la reorganización se vuelven un imperativo para los feminismos que supieron disputar un espacio en las agendas masculinizadas de la política donde los problemas de mujeres, lesbianas, travestis y trans no estaban en la lista de prioridades. Allá por el 2019 logramos, incluso, un Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad que hizo lo que estaba a su alcance frente a la escasez de recursos que le conferían. Ahora, contamos con apenas una Secretaría de Políticas Contra la Violencia por Razones de Género.

Mientras los feminismos ocupan las plazas de todo el país, los señores gobernadores –¿alguien se preguntó si entre los 24 mandatarios hay alguna mujer?– se reúnen en la Casa Rosada con el señor Presidente de cara al próximo Pacto de Mayo. Pero para mayo aún falta mucho.

Hoy, el contexto nos encuentra en un estado de alerta y vulnerabilidad social generalizada que exige la reagrupación a pesar de las diferencias. Con el desguace de ministerios, el recorte de programas como el Acompañar (que brindada apoyo económico y acompañamiento integral a mujeres víctimas de violencia machista), la falta de alimentos en los comedores comunitarios coordinados en su mayoría por mujeres de los barrios, el desmantelamiento de medios públicos que garantizan y promueven la comunicación con perspectiva de género, entre otros atropellos, defender los derechos básicos es una tarea que recae de lleno sobre las espaldas de los cuerpos feminizados. Si los derechos de mujeres y disidencias ya estaban vulnerados, el contexto empuja a estos sectores a situaciones de marginalidad y desprotección estatal mucho más recrudecida.

Aunque pretendan hacernos creer lo contrario, la vulneración de derechos de mujeres y disidencias no es una cortina de humo para «tapar los temas importantes»; nosotras también importamos. Nuestros derechos forman parte de los derechos humanos básicos y parece que hace falta recordarlo. Las razones para salir a marchar este 8 de marzo son las que hacen difícil el sostenimiento de la vida: hambre, pobreza, precarización, violencia.

A diferencia de otros años, este 8M muchos varones se muestran genuinamente interesados por la convocatoria y las consignas porque son conscientes de la capacidad de organización y movilización del feminismo. También saben que las consignas no serán sólo para las mujeres y disidencias sino para amplios sectores de la sociedad.

No azarosamente el feminismo ha sido elegido como enemigo discursivo en la batalla discursiva del Gobierno actual. El ataque contra los feminismos es tan predecible como trillado. Ya fue usado por la alt-right estadounidense que nuestro presidente toma como modelo.

Sucede que los feminismos en Argentina son la antítesis de proyectos como el de La Libetad Avanza y por eso son blanco de ataques constantes. Ya no se trata de ideas minoritarias: somos muchas, somos miles, supimos organizarnos y vamos a defender los derechos que conquistamos y pelear por los que aún nos faltan. Sabemos que la libertad feminista se encuentra en las antípodas de esta libertad pseudolibertaria.

Previo a las elecciones presidenciales, las organizaciones convocaron a una serie de intervenciones en defensa de los derechos de las mujeres. El 28 de septiembre, Día de Acción Global por el acceso al aborto legal y seguro salimos a las calles y hubo pañuelazo. Dos semanas después se realizó en Bariloche el 36° Encuentro (Pluri)Nacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries.

Cultivar la organización

Organizar un 8M no es moco de pavo. Son muchas las demandas pero ante la crisis, el hambre y la precarización es difícil que todas se vuelvan consigna. Por eso, en San Juan y en todo el país, las feministas se congregan en asambleas las semanas previas a la marcha. Allí se discute el lugar, la convocatoria, el documento que se leerá ese día. Se traza una estrategia de comunicación, de seguridad y de cuidado. Se elabora una consigna que logre sintetizar. Este año quedó: “En la calle contra el ajuste, el hambre y la violencia”. 

En San Juan, las asambleas tuvieron lugar en la sede del sindicato de ADICUS. Gisel Carranza, asistente de las asambleas, explicó que “concurrieron organizaciones y sindicatos que otros años no habían participado, como el sindicato de prensa y de trabajadoras bancarias. Esta marcha está muy atravesada por los reclamos laborales y salariales de las mujeres trabajadoras”. Además también remarcó que “hay organizaciones con merenderos como la Poderosa y la UTEP que no están recibiendo comida y todavía tenemos una compañera imputada judicialmente”. Junto a las nuevas actoras que se sumaron a las asambleas, estaban las organizaciones que históricamente han llevado a cabo la articulación de las marchas feministas como Ni Unx Menos San Juan y organizaciones de izquierda.

Instagram Ni Unx Menos San Juan

La concentración está prevista para las 17hs en la Plaza 25 de Mayo.

Cuando todo pareciera indicar que la salida es individual, el feminismo insiste en probar empíricamente que la salida es colectiva. Contra el pronóstico de “sálvese quien pueda” el feminismo dice “las redes que nos sostienen”. Entonces, ¿qué queda de revolucionario en los feminismos? Tal vez eso: la potencia organizativa y la voluntad de amucharse.

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