Lucas Fridman, un protagonista en el escenario de los medios digitales
La cabeza detrás de Últimos Cartuchos, La Cruda y OLGA dará una charla abierta y gratuita en la Facultad de Sociales el jueves 25 de agosto. En la previa del evento, Lucas dialogó con La Mecha sobre el escenario actual de los medios digitales, los trabajadores de la cultura y las nuevas tecnologías.
Lucas Fridman, o “El Torito” como lo apodaron sus compañeros en Últimos Cartuchos, tiene 36 años y es nacido en la Ciudad de Buenos Aires. Dentro de su currículum está la producción de La Cruda, Últimos Cartuchos, Soñé que Volaba, la gerencia artística de OLGA, entre otros. Su interés por los medios no surgió desde la academia, sino que sus estudios formales los realizó en la Pontificia Universidad Católica Argentina, específicamente en la Licenciatura en Composición Musical. Según su relato, desde sus primeros años de secundaria escuchó la radio, “me parecía un mundo maravilloso al que quería pertenecer”.
Lucas transitó el camino del autodidacta. Su primer acercamiento con los medios fue cuando un compañero de la facu lo invitó a hacer un trabajo conjunto de edición para la radio Rock & Pop. “Me daba bastante maña con la compu, me gustaba editar, mezclar y grabar música en casa”.
Fue entonces una habilidad técnica la que le abrió una puerta a los medios. En un mundo atravesado por Internet y las comunicaciones digitales, este relato encuentra similitudes con otras personalidades. Bizarrap por ejemplo, contó en reiteradas oportunidades que descubrió su pasión por la producción musical cuando hacía videos chistosos de complicaciones de situaciones de El Quinto Escalón y sus amigos lo alentaban a seguir. Otro caso similar es Marito Baracus, quién inició en su casa, con su computadora y algún conocimiento rudimentario sobre algún programa de edición.
El rol del productor en el escenario de los medios digitales, a diferencia de un mundo análogo o tradicional, está signado por el acceso masivo a herramientas de uso doméstico. Hoy un pibe arranca a crear en su casa, con una compu. El caso paradigmático es L-Gante, quién produjo su hit L-GANTE RKT con una netbook del Programa Conectar Igualdad y hoy tiene casi 365 millones de visualizaciones únicamente en Youtube.
A diferencia de los anteriores casos, Fridman no inició su experiencia en medios digitales:“El estilo de contenido que a mi me gusta hacer empezó en la radio y viró hacia las plataformas digitales dentro de un cambio social global”.
Este cambio social tiene que ver con la presencia de condiciones fértiles para la proliferación de nuevos medios. OLGA, Blender, Paren la mano en Vorterix, Gelatina, LuzuTV, el universo de contenido de Tomás Rebord, Coscu, son algunas de las voces que han aparecido en el último tiempo.
Estas nuevas voces ancladas en plataformas digitales, han logrado no solamente generar sus nichos de audiencias y comunidades, sino también producir contenidos que alcanzan cierta masividad y superan incluso a medios traicionales. Cabe destacar, algunos números recopilados por el investigador en comunicación Agustín Espada sobre las coberturas electorales de las últimas PASO.
Números de las dos grandes transmisiones digitales de ayer en YouTube:
— Agustín Espada (@AgustinEspada) August 14, 2023
– El Búnker del Método: 992k vistas
– Argentina 2023: La elección por otros medios (El Destape + FutuRock + Canal Red + Mate + Gelatina + Crisis): 922k vistas
Otros:
TVP: 822k
La Nación: 689k
Telefe: 457k
Si bien Fridman expresó su encanto por este escenario, en el cual existen múltiples nichos de audiencias que permiten la existencia de una gama muy amplia de oferta de contenidos, también se refirió a puntos negativos: “Desde el punto de vista económico el poder mediático está muy centralizado”.
Lo cierto es que el financiamiento de medios de comunicación (tradicionales o digitales) siempre ha sido un eje de debate por la tensión que existe entre pautas y libertad de expresión. En este sentido, cabe destacar que el medio digital permite la incorporación de diferentes formas de sostenibilidad económica, como las suscripciones. Un caso es País de Boludos, un medio autogestivo que trasmite por Youtube y se financia exclusivamente de aportes mensuales de oyentes a través de MercadoPago.
Respecto al financiamiento de OLGA, que en su descripción de YouTube se define como un canal de streaming, Lucas comentó que existe un área dentro del medio que se encarga específicamente de esto y que su principal fuente de ingresos es la pauta privada de marcas y en segundo lugar la monetización a través de YouTube.
Respecto a esta monetización, la plataforma de video paga en Argentina entre 0,77 dólares y 34 dólares por cada mil visitas. Además, los canales deben cumplir ciertos requisitos como tener al menos 10.000 suscriptores, tener un mínimo de reproducciones y minutos de visualización.
Por otro lado, Lucas también se refirió al abanico de programas: «Al existir mucha oferta, también existen muchas oportunidades para el campo de trabajadores de la cultura». En este sentido, la pregunta que surge es si este empleo es de calidad o bien si corresponde a las lógicas de trabajo flexibilizado que proponen las plataformas.
Finalmente Lucas accedió a dar un consejo a quienes tienen la intención de crear un proyecto de comunicación digital: “Aconsejaría analizar bien cuál va a ser la identidad, el diferenciar respecto a otros medios y apuntar a un público definido. Además, armar un buen grupo humano y profesional, las personas siempre son lo más importante de todo”.
El consejo pareciera adecuarse a la experiencia de Últimos Cartuchos, un programa que tuvo una identidad sólida, que a través de un show performático logró crear una comunidad activa de oyentes que se sintieron interpelados por códigos propios y que hoy muchos consideran de culto. En otras palabras, logró que el público se sintiera parte, identificara un tipo de humor específico. Este sentido de pertenencia se dió en un contexto de aislamiento obligatorio, lo cual cuantitativamente aumentó el número de oyentes y cualitativamente logró una mayor afinidad y cercanía.
Sin dudas el mundo de los medios está en un proceso de cambio en el cual convive el sistema digital y el tradicional. Nadie tiene muy claro en qué va a decantar pero la certeza es que existe una necesidad de estudiarlo, analizarlo y buscar mejores y más justas condiciones para un sector económico creciente.