Mauricio Atencio: morir en una comisaría de San Juan
Este 19 de julio se cumplieron 7 años de la muerte del joven de 22 años en la Seccional 3ra de Trinidad. ¿Fue un suicidio o fue la Policía?
Martes 19 de julio de 2022 – 20:40hs
“Para el día del amigo estaba velando a mi hijo. Hice todo lo habido y por haber, nadie hizo nada, ni el Estado, ni el Gobierno. Me estafaron los jueces y los abogados, que después de que les pagamos renunciaron. Se burlaron de mí, me cansé de luchar, de hacer marchas, de mover cielo y tierra. Nadie me dio bola”. Así de contundente fue Silvana Llampayas cuando La Mecha le consultó sobre el fallecimiento de su hijo de 22 años, Mauricio Atencio, en la Comisaría 3ra de San Juan el 19 de julio de 2015.
A 7 años de haber perdido a su hijo en manos de la Policía, afirmó: “A esta altura ya estoy superada. En este momento yo me superé como persona, por mis hijas y por mis nietos. Porque la vida sigue”.
Chanchullos judiciales y causa cerrada
Según la versión de la Justicia, Mauricio fue detenido por un delito menor y se habría suicidado ahorcándose en el calabozo. La causa primero fue caratulada como “muerte dudosa”. Su familia y sus amigos nunca creyeron esa versión. Quien era titular del 2º juzgado de Instrucción, el juez Pablo Flores, afirmó en su momento que “no hubo responsabilidad policial”.
Este ex juez, quien a principios de 2021 fue procesado por la justicia sanjuanina por la escandalosa causa del uso indebido de una camioneta del Depósito Judicial de 9 de Julio, indicó sobre la muerte de Mauricio que “no hubo signos de apremios ilegales” y que «se constató el suicidio». Esto generó mayor indignación en los familiares quienes, junto con su abogado, plantearon una recusación. El motivo fue que Flores había determinado “a simple vista” que se había ahorcado. Es decir, el juez actuó como perito (algo que no le compete en sus funciones), emitió una opinión y luego fue recusado.
Aproximadamente un mes después, la causa pasó al Tercer Juzgado de Instrucción a cargo del juez Guillermo Adárvez. Según el abogado de la familia de Mauricio en ese momento, Gustavo De La Fuente, “con el doctor Adárvez se determinó que sí fue un ahorcamiento ya que se hicieron las pericias correspondientes”. En esta situación y a tres meses de la muerte en la Comisaría, la causa por Mauricio Atencio quedó cerrada para siempre.
Del dolor y la bronca a la resignación
Silvana Llampayas ya no quiere ahondar en detalles sobre la muerte de su hijo. Pasó años golpeando puertas y siendo ignorada por todos. Es lógico y totalmente entendible que alguien que sufrió tanto dolor hoy quiera pasar de página y disfrutar de sus hijas y nietos. Las pasó todas, absolutamente todas, buscando y pidiendo justicia por Mauricio.
Algunos memoriosos recordarán que en una de las numerosas marchas que se realizaron pidiendo el esclarecimiento del caso, a Silvana la Policía la tiró al piso, la esposó y se la llevó detenida. Con mucha bronca, recordó ese episodio: “Me llevaron presa en una marcha, me detuvieron por pensar que yo había pintado la Plaza 25. Me tiraron al piso. Nos sacaron las carteras, las pancartas. Delante de toda la gente. Me tiraron boca abajo y me metieron en un calabozo”.
Sobre el procedimiento judicial, recordó: “Mi hijo es una víctima más del maldito maltrato del Estado. Borraron huellas, sacaron a mi hijo de ahí y no me llamaron en el momento para avisarme que supuestamente mi hijo se había ahorcado. Él estaba por ser tío. Mis dos hijas estaban embarazadas. Se fue sin conocer a sus sobrinos. Nunca tuvo depresión como decía el juez. Me cansé. Ahora me quedo con los mejores recuerdos de mis hijos. Yo a donde él está ya no lo puedo sacar y para el día del amigo tengo que ir ahí, para su aniversario tengo que ir ahí. Es muy triste, es muy feo”.
Por último, Silvana sentenció: “Mi hijo nunca se quitó la vida. Hice todo lo que podía hacer. Hasta que dije ‘hasta acá llego’. Me estaba muriendo, mi cuerpo ya no aguantaba más. Y sin contar infinidad de cosas que me pasaron. Nada me va a devolver mi hijo. Yo quiero estar en paz y recordar a Mauricio los mejores años de mi vida. Ya no quiero sufrir más”.