El fútbol como trinchera para los más chicos
El fútbol es mucho más que un deporte en nuestro país. Además de ser el más practicado sirve como escudo de contención para millones de niños y adolescentes.
Lejos de las luces de los grandes clubes nacionales, selecciones y competencias internacionales que marcan nuestra agenda deportiva, lejos de las pantallas y los relatos en la TV, la radio o Fútbol Libre, se encuentra la cuna de nuestro fútbol: los clubes locales y las escuelitas de fútbol.
Cada cancha, cada club de barrio, cada potrero o arquito es donde cada niño comienza a soñar, emulando ser los mejores, los Messi, los Cuti, los Dibu. Las escuelas y los clubes son los lugares donde el fútbol vive en su estado más puro, y además, son importantes en la vida deportiva, social y formativa de las personas.
En un contexto en el cual, según el INDEC, casi 6 de cada 10 niños y niñas menores de 14 años son pobres, el rol social de los clubes y escuelitas se ratifica y agranda, sirviendo de trinchera para los niños y adolescentes de nuestro país. Además de ser el lugar donde grandes jugadores dan sus primeros pasos, funcionan como espacio de contención para que los chicos puedan jugar, distenderse y aprender. Son lugares donde además del deporte, se aprenden valores centrales como la solidaridad y el trabajo en equipo.
En agosto del 2023 se realizó por primera vez en la historia de nuestro país el Relevamiento Nacional de Clubes y Entidades Deportivas (RENACED). El informe marca que en el país existen un total de 11.870 entidades deportivas. Según el Relevamiento, se estima que las personas que son participantes activas son aproximadamente 4.928.574.
Pulguitas FC es una escuela de fútbol ubicada en el Barrio San Raúl, en Rivadavia, a la que asisten más de 100 niños de 4 a 13 años. Pablo Saavedra, profesor de educación física y, coordinador y responsable de la escuela de fútbol dice: “Siempre tratamos de que el resultado no sea lo primordial, acá priorizamos la parte social y deportiva, que todos jueguen y el chico después de la escuelita vemos para que está preparado.”
Además, Pablo agrega: “Es importante involucrar a los niños en una actividad social extraescolar, puede ser deportiva o la que prefieran, ya que, no sólo comparte con otros chicos sino que además es una actividad con reglas, técnicos y profesores que lo van guiando. Tenerlo dentro de una institución ya sea un club o una escuelita de barrio ya es una avance muy grande, el niño no solamente sociabiliza sino también empieza a trabajar con otros niños y con su propio cuerpo”.
La gran mayoría de los campeones del mundo y bicampeones de América crecieron en clubes de barrio como Pulguitas FC o cualquier otro, los ejemplos sobran: El Dibu Martínez en el Club General Martínez de Mar del Plata, Rodrigo de Paul en Deportivo Belgrano de Sarandí, el Fideo Di María en El Torito en Rosario, Lio Messi en el Club Abanderado Grandoli de Rosario, entre muchos más.
El RENACED indica que en nuestra provincia hay un total de 366 entidades deportivas. Oscar Gustavo Maella, más conocido como “Pato” Maella, actual coordinador de inferiores de Sportivo Desamparados, conversó con La Mecha sobre la importancia de dichas instituciones: “Yo creo que todos los clubes son importantes en la vida del niño y para la juventud. Un club de fútbol es más grande en logística y demás pero para mi todas las uniones vecinales y los barrios donde haya gente y profesores con buena docencia es importante por la base de los chicos. Muchos chicos que llegan acá vienen de ahí, de esos clubes de barrio y traen una buena base que es lo que te da el potrero y los formadores que no trabajan en clubes”.
Luego de las “escuelitas”, las inferiores son la siguiente instancia para los chicos que quieren seguir jugando al fútbol. Para el Pato Mallea los clubes cumplen una función formativa para los jóvenes: “Hay una competencia sana entre los chicos por jugar pero el objetivo no es ganar. Un campeonato es la frutilla del postre pero no es lo que uno sigue y pregona, el técnico de cada categoría debe formar a los chicos no sólo como jugador sino también como persona”.
Además, el Pato agregó: “Nosotros, en Desamparados, siempre priorizamos la educación y la escuela. Un chico que estudia también razona mejor dentro de la cancha, que tenga buena cabeza tiene que ver también con un buen fútbol. Siempre tratamos de acomodar los horarios para que todos los chicos puedan concurrir tranquilamente a la escuela y luego venir a entrenar.