Día de la Lucha Campesina: «Quieren que nos dediquemos a ser mano de obra de los empresarios del campo»
El 17 de abril se conmemora el Día Internacional de la Lucha Campesina. Al contexto adverso para pequeños productores rurales, se le suma una intervención nacional al INTA que podría perjudicar al sector.

Cada año, se conmemora el 17 de abril como el Día Internacional de la Lucha Campesina. El día honra la memoria de 19 campesinos del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) que fueron asesinados por la policía paramilitar de Brasil. El crimen, conocido como la “Masacre de Eldorado do Carajás”, ocurrió en 1996 en el estado de Pará cuando familias del MST ocupaban una ruta en defensa de su territorio.
En Argentina, a lo largo de la gestión nacional de La Libertad Avanza, las políticas públicas destinadas a la población rural, a los pequeños productores y a la soberanía alimentaria han sido desfinanciadas. Se desmanteló la Secretaría de Agricultura Familiar y diversos programas de apoyo a productores locales. En este contexto, son las organizaciones campesinas y los pequeños productores quienes sienten más rápidamente los efectos de las crisis: cada vez cuesta más comprar insumos, cuesta más el traslado de los productos y, sobre todo, cuesta más comercializar.
Lidia Furlani es integrante de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) y presidenta de la Cooperativa Boca del Tigre, una cooperativa de trabajo del departamento de San Martín. Entre otros productos, la cooperativa produce principalmente tomate y sus derivados. En San Juan, la UTT cuenta con dos almacenes en zonas urbanas donde comercializa sus productos. El primero está ubicado frente al Complejo Deportivo El Palomar y el otro se encuentra en Rawson, sobre Mendoza.
Hoy en día todo lo que son actividades de producción y comercialización de los pequeños productores estan muy retraídas», explica Furlani.
«El espacio del almacén en el caso nuestro es importante, pero la producción y el trabajo en el campo son mas valiosos y nos está costando mucho mantenerlos. Vamos a tener que ir al mínimo de producción que podamos para mantener cada uno sus cultivos en los campos».
Boca del Tigre nació durante el 2020 y en plena pandemia. La presidenta de la cooperativa comenta que son alrededor de 30 familias las que trabajan en distintas partes. «Algunos trabajan en campo, otros en sala de valor agregado y otros en comercialización. Todas las partes están afectadas de distintas formas porque lo que no se puede hacer es ni comprar insumos ni vender lo que tenemos porque no hay disponibilidad de plata», dice Furlani.
Por su parte, el Movimiento Nacional Campesino Indígena – Somos Tierra (MNCI), sede San Juan, también gestiona su propio Almacén desde el 2023. Este lugar forma parte de uno de los proyectos del Movimiento para fortalecer la comercialización de productos locales. Sin embargo, el almacén tampoco escapa al contexto social.
El MNCI-Somos Tierra está actualmente integrado por productores de la localidad de Bermejo, 25 de mayo, Pocito, cooperativas de Albardón y organizaciones de la economía popular. Marcela Montaña, integrante del movimiento, expresa: «No es justo que en las góndolas haya botellas de tomate de Chile o de otro país cuando hay producción local acá en San Juan, que no hayan políticas publicas nacionales que apoyen a la agricultura familiar, que se hayan vaciado todas las instituciones».
Frente a la falta de políticas para el sector Montaña asegura que seguirán levantando las banderas de la soberanía alimentaria, la organización campesina y la defensa del trabajo de los productores locales. «Este gobierno no quiere Estado y el Estado es necesario, no para brindar asistencialismo sino transformar y construir un mejor pasar para los argentinos: que podas recibir una maquina que te permita trabajar y desenvolverte. El modelo que nos rige es antiestado entonces hoy las organizaciones tenemos que estar mas unidas que nunca», afirma la referente.
Motosierra para el INTA
Como parte del plan de ajuste y achicamiento del Estado, el pasado martes 15 de abril se dio a conocer la reestructuración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) impulsada por el Ejecutivo. El plan que se aprobó se basa en quitar funciones y atribuciones a la Dirección Nacional y las deposita en el Consejo Directivo. Las medidas se concretarían a través de la Secretaría de Coordinación Técnica.
Empleados del instituto temen un abrupto recorte de personal y denuncian que se trata de una intervención del Gobierno que atenta contra el espíritu y la normativa que rige al organismo desde hace 70 años. Esta medida se suma al desmantelamiento de políticas alimentarias, de ciencia y técnica y de producción para el campo.

Al respecto Lidia Furlani asegura que: «Si hoy en día el INTA se cae, nosotros, que no podemos pagar asesoramiento técnico ni tenemos plata para proyectos de producción, básicamente nos tenemos que dedicar a ser mano de obra de empresarios del campo. Lo vemos muy claro: corriéndonos , empujándonos a los márgenes se concentra quienes producen el alimento, todo se vuelve una mercancía y una cada vez más difícil de adquirir. El alimento se vuelve caro, los insumos se vuelven caros. Toda esa problemática agravada por un Estado como el actual, nos hace desaparecer.»