Cometierra: ¿A quién le importa?

A raíz de la polémica instalada por funcionarios del Gobierno nacional alrededor de Cometierra, la novela de Dolores Reyes, La Mecha salió a preguntar qué tiene de polémico leer “pija” o “tetas” en la escuela.

En los últimos días, distintos funcionarios del Gobierno nacional (como la vicepresidenta Victoria Villarruel o el secretario de Cultura Leandro Cifelli) acusaron a Cometierra, la última novela de Dolores Reyes, de ser “pornografía distribuida en las aulas por Kicillof”. El revuelo se causó tras la denuncia de un grupo de padres del Colegio Corazón de María, de Mendoza, contra un profesor de Lengua y Literatura que dio Cometierra como lectura. En el fragmento de la novela que desató la polémica, se lee:

“Con la mano libre, se desabrochó el cinturón, bajó el cierre del pantalón y se lo quitó. La otra mano se cerró en mi nuca. No me podía mover. Tiró de mí. Sacó su pija por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besaba fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo. La piel que tocaba me gustaba. Podía apretarla con los labios mientras la pija jugaba en mi boca y se iba hundiendo. Ezequiel me miró chupar y yo también lo miré a él. Me agarró la cabeza con las dos manos. Mantuvo un rato la presión, hasta que en un movimiento sacó su pija de mi boca y sus manos buscaron mi cadera. Me llevó hacia él”.

Lo que relata el fragmento es una relación consentida entre dos adolescentes. Cometierra gira en torno a una chica cuya madre fue víctima de violencia de género y tiene el don de adivinar lo que pasó con personas desaparecidas o muertas al comer tierra pisada por ese cuerpo. Ese es el eje central de la historia: el femicidio. El profesor denunciado, según el grupo de padres escandalizados, habría pedido a sus estudiantes que comentaran cómo se sintieron al leer la novela.

En San Juan, en 2022, pasó algo similar con el cuento Canelones de Hernán Casciari: apartaron de su cargo a un docente de la Escuela Normal Superior Sarmiento porque en el texto figuraban las palabras “poronga”, “culo” y “tetas”.  Consultado por La Mecha acerca de la polémica generada en torno a las lecturas, el autor expresó: “Las cosas empiezan muy de a poquito, un día explotan un rato y de pronto desaparecen como las olas del mar. Me parece que siempre que un gobierno o una autoridad censura algo a alguien más joven es algo bueno, porque eso censurado tiene muchísimo más refuerzo”.

Respecto a si hay un objetivo puntual por parte de los funcionarios del gobierno nacional que se pronunciaron sobre Cometierra, Casciari respondió: “Hay un rifirrafe entre dos sectores muy pelotudos de por sí y en el medio hay un libro que no tiene la culpa de nada”. En este sentido, el escritor y director de Orsai reflexionó: “Como en el peor de los partidos de fútbol, se exageran los fouls todo el tiempo y en realidad nadie le está haciendo nada a nadie”. Por último, Casciari dijo: “Es un tema que no me importa en lo más mínimo”.

Hernán Casciari, editor de Orsai y autor de Canelones, el cuento que generó polémica en San Juan en 2022. Foto: Adrián Escándar.

¿Qué pasa en las aulas sanjuaninas?

Sabrina González es docente de Lengua y Literatura en el Colegio Central Mariano Moreno y la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento. En diálogo con La Mecha, la profesora comentó: “Yo estoy segura de que nadie lo leyó […] Hay todo un contexto a partir de la palabra que tiene que ver con la marginación, el desamparo, la falta de educación. Pero [Cometierra] no está promoviendo nada. Todo lo contrario: está abriendo un espacio para que se vea la violencia que se ejerce sobre el otro, y no estoy hablando de sexo, para nada”.

Sabrina González destacó la obra de autoras como Fernanda Melchor, Selva Almada y Mariana Enríquez, quienes parten de lo fantástico para poner en evidencia cuestiones sociales. “La lectura crítica pasa por ahí. Es cuestión de cuántas lecturas tenés hechas para darte cuenta de lo que aparece por debajo del texto”, señaló la docente. Y agregó: “Hay que mirar ahí, no escandalizarse”. Sabrina también destacó que los adolescentes están en contacto permanente, sea intencional o no, con contenido sexual.

La misma línea sigue Valentina Miranda, docente de Lengua y Literatura en una escuela religiosa: “La literatura no tiene que presentar ningún valor. Eso viene de una mirada de la literatura de la vieja escuela que le asigna una función didáctico-moralizante, y en realidad es un espacio que tienen los chicos para pensar críticamente y disfrutar”. 

Además, Valentina señaló que en su escuela se leen textos como El matadero de Esteban Echevarría, que incluye escenas de violencia explícita, y los alumnos no se impresionan. “Incluso leemos a García Lorca, que en momentos habla implícitamente de relaciones sexuales, y los chicos no se escandalizan”, destacó Valentina.

Hay lugar para la ESI

La profesora Sabrina González habló sobre el abordaje de la Educación Sexual Integral en los colegios donde trabaja. “El error es creer que la ESI es sólo hablar de sexo, y no, hay aspectos que tienen que ver con cómo trato al otro, cómo se siente uno. Hay una mirada muy restringida que focaliza lo sexual y no es así, por eso se aborda desde todos los aspectos”, contó Sabrina. La docente explicó que en el Colegio Central, por ejemplo, los diseños de cada materia incluyen objetivos propios de la ESI que, además, forman parte de los contenidos de cada materia. De esta manera no se descuidan los contenidos específicos en detrimento de la educación sexual integral.

Sabrina mencionó que entre las lecturas que trabaja en clase se encuentran Como agua para chocolate de Laura Esquivel y Confesión de Martín Kohan. En este sentido, la docente señaló que jamás tuvo ningún problema por estas obras, porque no es sólo “tomá, leé y charlemos”, explicó. “Uno siempre enmarca la obra. La elección de una obra es siempre en función de un eje”, cerró Sabrina

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