Cannabis en San Juan: ¿Cómo era fumarse un porro en las décadas de los 70 y 80?

«Pegarle una pitada a una tuca era como desafiar al mismísimo general Videla» . Dijo Pablo.
A partir de testimonios, construimos un relato de la época que es útil para entender el presente del cannabis en la provincia.

En la actualidad argentina, el consumo recreativo de marihuana es un tema polémico y despierta el debate público. El mismo Alberto Fernández se refirió al tema en la entrevista del ciclo Caja Negra y dijo “debatamos sin hipocresía, la marihuana hace daño, el tabaco mata de cáncer, el alcohol degrada al ser humano ¿Si estos dos son legales explíquenme por qué está la ilegalidad de este lado?”

Hoy en día existen datos científicos, existe voluntad política para abrir el debate público, existe CanME una empresa estatal sanjuanina que elaborará productos de cannabis medicinal y empleará a más de 500 trabajadores, incluso existen varios grow shops en San Juanque son una veta del mercado para comercializar insumos de cultivo y consumo personal. Pero entonces ¿Cómo era esta situación hace 50 o 40 años? ¿Cómo era cuando no existía Internet como medio de circulación del conocimiento? ¿Cuál era el imaginario social del cannabis durante los gobiernos de facto?

Desde La Mecha conversamos con personas vinculadas al cannabis en la década de los 70 y 80 y reconstruimos un relato que resulta útil para comprender una historia de demonización, falta de conocimiento y represión.

La dictadura y el consumo de cannabis en San Juan

“Pegarle una pitada a una tuca era como desafiar al mismísimo general Videla” dijo Pablo, un sanjuanino cuya identidad ha sido modificada para evitar la exposición. Él nunca fue un consumidor habitual. “Es raro hablar con gente más joven porque no se pueden imaginar la juventud que nosotros hemos tenido. A los 15 años teníamos ganas de salir y no podíamos porque había toque de queda hasta las 11. Vivíamos con miedo porque nuestros viejos nos decían capaz no volvés”.

Durante la década del 70 los gobiernos de facto instalaron en la sociedad argentina una noción de problemática social respecto al consumo de drogas. Aún en la etapa democrática de esta época, el Estado reprimió a los usuarios y se asoció el consumo a la subversión y a la guerrilla revolucionaria. En el 1973 Richard Nixon, el presidente estadounidense, calificó a las drogas como el enemigo público número uno y creó la DEA. En consonancia, el Ministro de Bienestar Social José “El Brujo” López Rega declaró “Las guerrillas son los principales consumidores de drogas en la Argentina, por lo tanto, la campaña antidrogas será auténticamente una campaña antiguerrilla”

San Juan no es la excepción de esta persecución y el testimonio del músico Rubén Gonzales pinta el cuadro de la época. “En el 87 éramos muy pocas las personas que estábamos fuera de la norma, estábamos en movimiento alternativo, teníamos el pelo largo, tocábamos música y éramos artesanos. Eso se notaba muchísimo y la policía de alguna manera quería tomar control de nosotros, era una época en que estaba prohibido hacer lo que querías con tu cuerpo”  

Rubén contó que durante una noche de septiembre del 87 fueron injustamente atacados por la policía por simplemente estar en grupo en la plaza Hipólito Yrigoyen. Los golpearon y estuvieron presos por 5 días. La noticia fue cubierta por Diario de Cuyo que expuso los nombres y DNI de los jóvenes asegurando que se trataba de criminales. Además, en el calabozo los acusaron de estar intoxicados “me decían: cagaste flaco te encontramos de todo en la sangre, y yo estaba tranquilo porque no había consumido nada. En esa época veíamos un porro una vez al año. La Democracia había vuelto, pero se habían olvidado de decirle a los policías que se tenían que portar de otra manera” Dijo el músico sanjuanino.  

Rubén Gonzales y su grupo de amigos en San Juan. Año 1987.

No es la primera vez en la historia que el consumo de marihuana se asocia a grupos sociales con el fin de demonizarlos. Gracias a un repaso histórico conocemos que la prohibición del cannabis, en su origen, tuvo más que ver con políticas xenofóbicas y racistas que con aspectos de salud. En Argentina el consumo se prohibió en el siglo XIX debido a que la sociedad dominante de descendencia europea consideraba que fumar era cosa de negros. Esto fue así porque los esclavos africanos que llevaron los colonos a Brasil ingresaron semillas provenientes de Angola varios años antes y su uso se expandió.

Rubén a la junto a su hermana Hebe y David Lebón. Año 1984

La desinformación y los mitos populares

Todas las personas que aportaron sus relatos coincidieron en que fue una época de escasa información y también de muy poco consumo ya que era muy difícil acceder a la sustancia. Se conocía muy poco sobre el cultivo, efectos en el cuerpo, calidad e incluso había confusión sobre qué parte de la planta se tenía que fumar para que pegue.

“Un amigo cultivaba y fumaba solo las semillas. Un día fuimos y le preguntamos donde tenía los cogollos. Por otro lado, una vez tuve una planta enorme, me robaron la mitad y el resto me quedó, era un montón, más de un kilo. No teníamos idea donde guardarlo así que lo metimos a la heladera. Había muy poca información”.

Además, Pablo se refirió a otro “saber “de la época. “El mito era empapar la marihuana con orín y meterla a podrir en una bolsa de nylon. no hay que olvidarse el contexto, estábamos en dictadura. Usar preservativo era pecado, así que calculá fumarse un cañito”

Las anécdotas muestran el nivel de desinformación de la época, que son el resultado de la condición de tabú de la planta. Gracias a la ciencia hoy conocemos sobre sus efectos y perjuicios. Por ejemplo, sabamos que el consumo de cannabis en adolescentes es riesgoso porque el cerebro se encuentra en un estado de desarrollo en el cual es muy vulnerable a las adicciones.

El consumo asociado a los movimientos de los 60´

Luis Fernández Mota es un ceramista y artesano sanjuanino que recordó su acercamiento al cannabis “siempre reunió el misterio. De amor, de paz, de todo un movimiento de los 60 que me vinculó a la planta. Además, en ese momento apareció la historia de Don Juan, el libro de Castaneda que tomaba el tema de la vinculación de las plantas desde la raíz”

De manera similar, el testimonio de Pablo se relaciona en este punto. “A la hierba siempre la usé por una cuestión creativa y mística que hoy se ha perdido. Como todo un hijo de los 70, le he tratado de dar una importancia respecto a que te ayude a sentir otras cosas, nunca lo tomé en joda. Le doy un significado muy donjuanesco”

Con información de:

La Marihuana en Argentina Historia, rendimiento, usos industriales y terapéuticos del cannabis sativa de la Asociación Rosarina de Estudios Culturales.              

Un libro sobre drogas de El Gato y La Caja.

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