Abdulah, libros más libres

San Juan, el Potosí del Siglo XXI: de una denuncia al extractivismo minero en una bandera naranja al slogan de un sello editorial. De aquella visita de Evo Morales a la provincia a la marca registrada de Abdulah. De alzar la voz a correr la voz.

Fines de 2015, Felipe Echevarría carga su mochila y sale a andar. Sánguches no hace, sahumerios tampoco. Pero con algo hay que hacer el mango. La lectura siempre estuvo ahí, entonces piensa: transportar libros es engorroso, tiene que haber una forma más práctica. Y la hay: sin conocer el método de la plaqueta, lo replica. Pequeñas antologías de cuentos, crónicas, poemas. Una forma simple de conectar autorxs y lectorxs, y gestionar el viaje, claro. Algunas plaquetas son con tapas laminadas, a color, pero también las hay cartoneras: cajas de vino devenidas en tapas, que luego serán intervenidas con recortes y tituladas con una máquina de escribir. Y todas, sin distinción, impresas en papel reciclado, otro sello distintivo de Abdulah. “Era una forma de desacralizar el trabajo editorial, demostrarme que con algunos pocos materiales y algo de ingenio podía gestionar mi propia editorial”, cuenta Felipe, sumándose a una corriente que naciera con Eloísa Cartonera allá por el 2001 y que a él le llegó por medio de otra editorial cartonera local, Poderosa Lectura. “Las plaquetas se vendían bien, incluso ofrecía la posibilidad de que, si las leían relativamente rápido y volvían a cruzarme, pudieran intercambiarlas por otras, al estilo de una biblioteca móvil”, recuerda de aquellos tiempos.

Luego llegarían lxs autorxs locales. Los Basureros, poemario de Nahuel Aciar, sería el primero. Pero vendrían muchos más: novelas, libros de cuentos, mucha poesía, investigaciones periodísticas, revistas del archivo de la provincia y hasta trabajos docentes o tesis universitarias. Hay quienes contratan el servicio de edición completo, aunque algunxs lo buscan únicamente por la impresión, el diseño, la encuadernación final o simplemente por el trámite de registro de la obra. “Incluso hubo una chica que me pidió un solo ejemplar, lo que quería era tener el libro en las manos, nada más”, comenta. “Hasta ahora, mi trabajo siempre ha sido de coedición: las tapas, por ejemplo, en general las trabajo en conjunto con el autor, aunque hay veces que ya traen la tapa pensada”, como en el último libro de Gabriela Nebro, Las sirenas se disuelven en agua de mar, cuya tapa es un collage de Alejandra Victoria. “Me gusta pensar mi labor editorial como un trabajo de pulpo, que conecta y amalgama los textos del autor con el trabajo del ilustrador, el diseñador o el fotógrafo, dependiendo el caso”, detalla.

“Yo hasta ahora me he manejado como empresa de servicio editorial, no es el mismo trato que una editorial en sí”, explica Felipe. “Yo cobro un servicio y el autor se queda con las regalías y el dinero de las ventas, aunque también se encarga de la difusión del libro, excepto por algunos pocos ejemplares que a veces me dejan y muevo en ferias. Recién ahora voy a tratar de incursionar en el método tradicional con un autor local, intentando absorber el costo total de todo el proceso de edición”. También tiene en mente trabajar de forma cooperativa con Sebastián Lampasone de Poderosa Lectura y Alejandra Bondanza de El Momo Editor. “Estamos analizando la posibilidad de recopilar la obra completa del Pepe Campus”, se ilusiona.

En cuanto a lo económico, Echevarría destaca que se vio beneficiado con programas de fomento como el PreCompra o el Emprendedor Cultural, con el cual pudo agenciarse una máquina encuadernadora en el pasado. “Suman, ayudan para que uno pueda seguir produciendo sin tener que estar pendiente todo el tiempo de la boleta de la luz”, resalta Felipe.

Abdulah suele estar presente en ferias en distintos puntos de la provincia, pero quienes deseen interiorizarse con su trabajo o estén pensando en contratar sus servicios pueden encontrarlo en su estudio de avenida Rawson 821 Sur, así como también en las redes como Abdulah Libros. Más libros, más libres: la apuesta de Felipe es ser el canal para que esto suceda. Pasen y lean.

Un crisol de voces

Si bien por regla general acuden a Felipe autorxs emergentes que buscan dar salida a sus obras de forma independiente, también hay excepciones en que la financiación llega desde otro lado: tal es el caso de 100 años de fútbol sanjuanino, interesante investigación fotoperiodística a cargo de Dante Luna y Rubén Poblete que ahonda en la historia y las estadísticas del fútbol local. El libro fue financiado por Cultura y Deporte, editado por Abdulah e impreso en papel laminado porGráfica Central, dejando de lado para la ocasión la utilización de papel reciclado.

Algo similar ocurrió con Cuerpos tullidos, antología que aborda abismos, hospitalidades y estrategias de resistencia desde la re-presentación corporal desde una gran multiplicidad de voces, la revista del Archivo de la Provincia o novelas con derechos liberados editadas en conjunto con Lorenzo Gómez Oviedo, librero en Páramo Libros.

Más allá de estas excepciones, el grueso del catálogo de Abdulah está compuesto por algo más de 60 títulos, divididos en dos colecciones: Autores Locales y Docentes e Investigadores Sanjuaninos.

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