Polen, sequía y crisis hídrica: un cóctel peligroso para los alérgicos
¿Cómo y por qué la falta de agua en San Juan supone un impedimento para una posible solución colectiva a los problemas relacionados con alergias respiratorias?
No hay una estadística exacta para conocer cuántos somos los sanjuaninos que sufrimos por alergias, pero seguro todos conocemos al menos a uno, si es que no somos nosotros mismos los que las padecemos. Muchos le echamos la culpa a las “benditas” moras, esos árboles característicos de San Juan y que hoy abundan en nuestra ciudad. Algo tienen que ver, por supuesto, pero el factor principal es el clima. Al menos, así lo explicó el biólogo urbano Justo “Tito” Márquez. Además, la solución a nivel urbanístico podría venir de la mano de una estrategia que requiere el uso de agua, un bien que hoy escasea y que cuya problemática se agrava cada vez más.
El desarrollo de alergias es un proceso complejo y multifactorial, y la sequía y la crisis hídrica podrían ser solo uno de los factores que contribuyen a este problema, aunque en realidad disponer de mucha cantidad de agua ayudaría a mitigar los efectos del polen. Además, la predisposición genética y otros factores individuales también desempeñan un papel importante en la susceptibilidad a las alergias.
¿Hay más alérgicos que antes?
No hay estadísticas que indiquen que haya más alérgicos que en otros momentos, a pesar de que hay gente a la que se le despiertan las alergias en momentos tardíos. De hecho, se estima que aproximadamente el 20% de la población ya tiene o desarrollará problemas alérgicos en algún momento de sus vidas.
El calentamiento global ha propiciado el aumento de gramíneas, ya que el efecto invernadero favorece la proliferación de estas variedades de plantas. Es importante destacar que las estadísticas sobre los vientos Zonda y las épocas de polinización coinciden, pero esto no necesariamente indica que la cantidad de polen sea mayor.
Los síntomas más comunes de la alergia incluyen secreción nasal, estornudos, picor en la nariz y los ojos, tos, silbidos en los bronquios, opresión en el pecho, dificultad para respirar e incluso urticaria. Estos síntomas pueden ser molestos y afectar significativamente la calidad de vida de quienes los padecen.
Primavera, nuestra estación “tóxica”
La época del año, como agosto y septiembre, puede aumentar las consultas médicas debido a los problemas respiratorios, especialmente cuando se suman las infecciones virales relacionadas con los cambios bruscos de temperatura.
En la provincia, entre los árboles y plantas que más polen generan se encuentran las moras y los plátanos, pero también se suman la gramilla, la chipica y el césped (las tres son gramíneas), con la particularidad de que su período de polinización es más prolongado, llegando a durar alrededor de seis meses. Por otro lado, la mora que observamos cotidianamente tiene un período de polinización más corto, limitado a unas dos semanas.
La proliferación de moras es un problema especialmente a partir de agosto. En este contexto, la mora híbrida que se encuentra por toda la ciudad es la principal protagonista, ya que no son las que producen frutos, sino moras macho que generan una cantidad significativamente mayor de polen. Este polen tiene un alto peso molecular y se comporta como un alérgeno anemófilo, lo que significa que se transporta a través del aire, agravando los problemas alérgicos en la población.
Por otro lado, en primavera, San Juan se convierte en un paisaje árido, caracterizado por la sequía y la escasez de lluvias. Esta situación se agrava en una ciudad donde predominan las superficies de cemento, lo que contribuye a la falta de humedad en el ambiente. El polen de las moras flota en el aire, incapaz de asentarse en las superficies. La crisis hídrica influye significativamente en una posible solución a las alergias.
Ciudad y crisis hídrica, un problema para una solución a gran escala
El biólogo Justo “Tito” Márquez destacó con insistencia el problema inherente a la estructura de la ciudad. Los residentes barren las veredas y, sin saberlo, transportan el polen y otras partículas de los árboles a las calles. Las acequias o cunetas, que podrían servir como canales naturales de filtración, no solo están obstruidas sino que ya casi que no funcionan, lo que dificulta aún más la limpieza. Como resultado, los vehículos, incluyendo autos y colectivos, levantan una nube de polvo que convierte a la ciudad en un lugar inhóspito para las personas alérgicas.
El biólogo propone como una solución posible la creación de canteros y espacios verdes, además del lavado regular de las calles y las aceras para llevar las partículas a las acequias. Pero, en una situación de crisis hídrica, el uso de agua para lavar las calles y veredas podría estar restringido o ser costoso, algo que dificultaría notablemente la implementación de esta solución.
Entonces, en un contexto de sequía y escasez de agua, mantener estos espacios verdes puede ser un desafío. La falta de agua dificulta no solo el riego sino también el cuidado de estas áreas, lo que a su vez puede limitar su efectividad para reducir la concentración de polen en el aire. Si este polen no se retira, es inevitable que cause problemas de salud.
Soy alérgico: ¿qué hago?
Para las personas que saben que son propensas a las alergias, existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a reducir la exposición a los alérgenos, como el polen. El uso de barbijos puede ser útil para evitar la inhalación de polen en el aire. Sin embargo, es importante destacar que la automedicación no es una práctica recomendada, ya que puede tener riesgos para la salud. Hay muchos antihistamínicos y antialérgicos efectivos disponibles, algunos de los cuales pueden superar la acción de los corticoides en casos de alergias leves. No obstante, la mejor solución es consultar a un médico alergista, identificar las causas específicas de la alergia y recibir un tratamiento adecuado.
Por esto, a nivel individual, la solución ideal para abordar el problema de las alergias en San Juan es ir directamente a la causa subyacente, lo que implica realizar un diagnóstico exhaustivo de la enfermedad alérgica. A través de los estudios adecuados, es posible identificar la causa real de las alergias en cada individuo, lo que sienta las bases para la prevención y el tratamiento efectivo.
Es importante destacar que con el tiempo, las alergias pueden aumentar en gravedad en una persona, ya que la cantidad de alérgenos acumulados en el cuerpo puede llegar a niveles críticos, lo que empeora los síntomas. Además, las alergias no se limitan solo a las vías respiratorias, pudiendo afectar a cualquier órgano del cuerpo, incluyendo la piel. Por lo tanto, es crucial realizar un diagnóstico etiológico, es decir, identificar la causa específica de la alergia en cada uno, para obtener un enfoque de tratamiento y prevención personalizado y efectivo.