Títeres en serio
Nos introducimos en el mundo de una de las salas independientes más destacadas de San Juan: cómo funciona, cómo nació y cuáles son los pilares que sostienen a este espacio de la cultura local.
Títeres en Serio es una sala de teatro independiente fundada por Edita Sigalat y David Gardiol. “Siempre soñamos con un espacio que se especialice en brindar a los titiriteros la posibilidad de mostrar el potencial del teatro de títeres para toda la comunidad sanjuanina”, cuenta David a La Mecha, señalando que los titiriteros son casi siempre itinerantes.
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El teatro entró en actividad el 21 de marzo de 2019, después de un largo trabajo de gestión. “En la marcha surgió la posibilidad de acceder a un subsidio de Nación, del Instituto Nacional del Teatro”, explica el gestor. Esto permitió, en gran parte, encarar la construcción de la sala, detrás de una casa que ahora funciona para talleres. El edificio cuenta incluso con habitaciones de huéspedes, donde pueden parar artistas de otras provincias o internacionales.
La sala está al servicio de los artistas, como devolución al apoyo del Instituto. Los elencos que quieran trabajar no tienen que pagar un canon fijo: de la recaudación, el teatro se queda un porcentaje mínimo. A cambio, los artistas pueden disponer de todo lo que tenga la sala. Además, el espacio cuenta con su propia plataforma online de venta de entradas. Si bien la programación se compone mayormente por teatro de títeres, David explica que no es lo único.
Nos gusta que nos perciban como un lugar donde pasan cosas para infancias y familias; pero también hay teatro independiente, danza, música e improvisación teatral”.
Un espacio con vida
En su primer año de actividad, David estima que pasaron por la sala 50 elencos, se realizaron 150 funciones y asistieron alrededor de 13 mil espectadores. Después de dos años de pandemia, las cosas empezaron a normalizarse durante el 2022.
Pero en 2023, el contexto electoral afectó al funcionamiento normal del teatro, cree el gestor. “Este año tiene otras connotaciones económicas, sociales y políticas complejas para la cultura”, explica David. Y agrega: “Las miradas están puestas en otro lado; es turbulento el trabajo del arte independiente en años claves así”.
Consultado acerca de las implicaciones que puede traer el cambio de gobierno provincial, el fundador de Títeres en Serio subraya: “No lo atribuiría a ningún color político, porque hoy está difícil trabajar la cultura. Creo que más depende de la capacidad de reinventarse y de la potencia de la gestión que de un escenario político”. David cierra: “La subsistencia de los espacios es muy compleja porque la cultura en sí ha quedado muy devaluada”.
Otro gran problema del teatro independiente, sostiene David, es la fidelización del público. Así lo explica: “El grueso de la gente todavía no descubre el potencial que tiene ir a una obra de teatro, lo que puede sumar a su experiencia de vida. No logra ponerlo en un lugar que sea también un hábito de consumo”.
Es un trabajo del ambiente conquistar nuevo público para tener una temporada más grande, más gente, lo cual genera más desarrollo. Es un círculo virtuoso que también ayuda a la profesionalización”.
En ese sentido, una de las apuestas de Títeres en Serio es la realización de ciclos de teatro en escuelas de nivel inicial, primario y secundario. “Lo vimos con el secundario después de hacer varios ciclos el año pasado. Esos chicos que habían venido con la escuela después los tuvimos como espectadores por impulso propio y eso es valiosísimo”, dice el gestor y titiritero.
La otra apuesta está en los talleres de improvisación, clown y teatro para niños, adolescentes y adultos mayores. Cuando estos ciclos producen sus trabajos finales, la sala arma una función especial. “Convoca mucho público, que son los propios vínculos de los hacedores que quieren ir a ver todo su proceso creativo”, explica David.
Los hilos legales
Llegar a poner en actividad Títeres en Serio no fue tarea fácil. El principal obstáculo fue obtener la habilitación. “No existe una figura legal. Te clasifican como si fueras una fábrica, negocio o industria”, señala el fundador. “Entonces te quieren cobrar cosas desorbitantes que no tienen nada que ver con esta actividad que no es un negocio, es un servicio”.
Es grave la falta de legislación porque no se contempla la realidad de estos espacios y el rol que cumplen. Es un rol que debería hacer el Estado y no lo hace, lo hacemos particulares con espíritu de servicio y eso debería ser contemplado así”.
“Ser un espacio habilitado conlleva un montón de costos de por sí. Desgraciadamente, la mayoría de los espacios independientes son clandestinos”, agrega el titiritero. En ese sentido resulta muy valioso el estímulo que paga el Instituto Nacional de Teatro, denominado Mantenimiento de sala. Este subsidio sale una vez al año y le sirve a Títeres para paliar los costos fijos que conlleva sostener el espacio.
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Por último, el propietario indica que la gestión de la sala se hace a través de una fundación del mismo nombre. “Esa figura de persona jurídica es también un compromiso para poder tener un poquito más de transparencia y más fuerza a la hora de trazar vínculos con otras instituciones”, explica David.
Como todos los espacios culturales independientes, Títeres en Serio se sostiene a pesar de todas las trabas legales. El apoyo económico del Instituto Nacional de Teatro pone en relieve la importancia del Estado para proteger y sostener el laburo de los trabajadores culturales no sólo de San Juan, sino de todo el país. Por otra parte, se revela urgente una legislación nueva, acorde a la realidad de las salas independientes de la provincia.
Entre tanto, Títeres mantiene su programación, que puede consultarse en su página de Instagram, e invita a los elencos a pisar su escenario. Para cerrar, David Gardiol hace una observación de la movida cultural sanjuanina: “Es una ciudad que tiene un perfil creativo y mucha fuerza, porque hacer algo acá es más difícil que en otro lado. […] Hay un empuje de talento impresionante y artistas emergentes, mucha gente joven empezando con muchas ganas”.
