Doulas y puericultoras: roles fundamentales para garantizar un parto respetado
¿Qué son las doulas y puericultoras y por qué son actrices claves para un parto humanizado? Con motivo de la Semana del Parto Respetado, reflexionamos sobre las tareas de cuidado y acompañamiento a madres y bebés.
En Argentina, en el mes de mayo se celebra la Semana del Parto Respetado. Esta busca concientizar respecto de los derechos tanto de las personas que van a parir como así también de quienes las acompañan y, por supuesto, de sus hijos/as. Además, la fecha pone el foco en las responsabilidades de los equipos de salud a la hora de asistir un parto. Sobre todo, se trae a colación la Ley 25.929 sobre el Parto respetado, que explicita que la mujer, como usuaria del sistema sanitario, tiene derecho a recibir información (existencia de complicaciones, ventajas e inconvenientes de los posibles tratamientos), a decidir libremente la forma y posición en el momento del parto y a ser tratada con respeto y consideración de sus pautas culturales.
En este contexto, fue durante la última semana que desde la Red de doulas y la Red de puericultoras de San Juan han llevado a cabo distintas actividades para visibilizar cuestiones como la violencia obstétrica, la importancia de sus roles como acompañantes de la mujer durante su embarazo y post embarazo y la necesidad de una ley que regule a las puericultoras. Pero, ¿quiénes son las doulas y las puericultoras?
En un principio, cabe destacar que tanto doulas como puericultoras no son médicas o enfermeras (por más que pueden tener título de base) sino que cuentan con una capacitación técnica que las habilita a complementar los demás roles profesionales que intervienen en un nacimiento. Es por esto que, sobre todo en el ámbito privado, podemos encontrarlas como asesoras y acompañantes a las que madres y familias en proceso de embarazo pueden acceder. Es decir que, actualmente, hay clínicas privadas que cuentan con el servicio de doulas y puericultoras, pero la mayoría de ellas trabaja de manera particular.
En Argentina, para ser doula, las interesadas pueden capacitarse y obtener su certificación en instituciones avaladas por la Red Mundial de Doulas, como lo es “Aurora Madre”, una institución educativa que se dedica a la formación de profesionales en el área del parto humanizado. Como así también pueden hacerlo en universidades del país, como la Universidad Nacional de Córdoba. Se tratan de capacitaciones que tienen una duración de no más de 2 años. En el caso de las puericultoras, pueden formarse en diferentes escuelas e instituciones, pero las más conocidas son la Asociación Civil Argentina de Puericultura (ACADP) y “Panza y Crianza”. Los cursos tienen una duración de dos años y medio y pueden ser de modalidad virtual o presencial.
Según Agustina Arroyo, doula y parte de la Red de doulas de San Juan, afirma que su rol es el de “acompañar con información científica sobre lxs cuerpxs que poseen útero, también acompañamos desde lo físico y emocional a las personas que deciden gestar, parir y lactar. Algunas acompañamos procesos de abortos y otras, los duelos gestacionales y perinatales”. Es decir, la labor fundamental de las doulas es ser un soporte emocional y físico de otras mujeres durante el trabajo de parto y puerperio. Es por esto que se forman con conocimientos o nociones básicas de obstetricia, neonatología, lactancia materna, como así también resulta importante una perspectiva de derecho y enfoque de género.
Por un lado, actúan como sostén en momentos vulnerables que atraviesa la madre, establecen un espacio de escucha y apoyo frente a sus miedos y necesidades. Por otro lado, apuntan a respetar los tiempos naturales de la mujer embarazada, por lo tanto también se encargan de trabajar con ellas los movimientos pélvicos que ayudan en el momento del parto. Cabe destacar que, actualmente, son 14 las doulas en la provincia que forman parte de la Red de Doulas de San Juan.
En línea con lo anterior, el 17 de mayo, la Red de Doulas y otras organizaciones sanjuaninas se sumaron a la “Marea Roja” en el marco de la Semana del Parto Respetado. En la Plaza Hipólito Hirigoyen realizaron un conversatorio sobre la campaña nacional “Mi parto, Mi decisión” y recuperaron información, experiencias y testimonios en torno a la violencia gineco obstétrica y neonatal. La campaña contra la violencia obstétrica “Mi parto, Mi decisión” fue organizada por un movimiento autoconvocado por más de 100 mujeres, entre ellas parteras, doulas, psicólogas perinatales, abogadas y muchas más con diferentes recorridos que han sido víctimas y/o testigos de esta violencia que ocurre sistemáticamente en la gran mayoría de los nacimientos de Argentina.
En relación a las puericultoras, también realizan un acompañamiento a las madres durante su embarazo y post embarazo, pero más focalizado en la lactancia y la crianza. Entre las características de la puericultura se destacan principalmente los cuidados necesarios del niño desde sus primeras semanas de vida respecto de la alimentación, la higiene, el descanso, la inmunización, entre muchos otros. Además, las puericultoras también se encargan de guiar y asesorar a la madre durante el delicado proceso de recuperación tras el parto. Paula Busso, puericultora de la provincia, comenta que “hay desconocimiento respecto a la lactancia, sobre grietas y dolores que se presentan. Muchas familias creen que es normal y no lo es, ahí entramos las puericultoras, ayudamos, acompañamos e informamos”. La diferencia entre puericultoras y pediatras radica entonces en que las primeras previenen a través del acompañamiento y asesoramiento a madres y familias, mientras que los/as médicos/as pediatras se dedican a diagnosticar y ofrecer tratamientos en caso de enfermedades de los/as niños/as.
El pasado 19 de mayo, puericultoras de la provincia se reunieron en la Plaza Bicentenario para visibilizar su pedido por una ley que regule su trabajo. Según Paula Busso, actualmente las puericultoras sólo pueden trabajar en el ámbito privado debido a que no son consideradas como agentes de salud reguladas y matriculadas, esto dificulta el acceso igualitario para madres y familias. Por eso, a través de la consigna “Si la lactancia es un derecho, las puericultoras debemos tener ley”, reclaman para que desde el Ministerio de Salud se las reconozca como personal sanitario. Por el momento, entre recibidas y estudiantes, son 12 las puericultoras de San Juan.
Tanto doulas como puericultoras propician que las mujeres embarazadas accedan a partos respetados. De esta manera, promueven el respeto a los tiempos naturales de las mujeres al momento de parir, y priorizan el rol activo de la madre a la hora de tomar decisiones en el proceso de gestación.
La lucha de doulas y puericultoras es la misma: buscan ser reconocidas como agentes de salud reguladas y avaladas por el Ministerio de Salud. Al día de hoy, la importancia de su trabajo se ubica en la perspectiva de género y derecho para con las madres y sus hijos/as durante el embarazo, el parto y post parto.
Según la OMS, en todo el mundo, tres de cada diez mujeres y sus respectivos bebés no reciben actualmente atención posnatal en los primeros días tras el nacimiento, periodo en que se producen la mayoría de las muertes maternas e infantiles. En ese plazo las consecuencias físicas y emocionales del parto –de lesiones a dolor recurrente y traumas– pueden ser debilitantes si no se tratan, pese a que con frecuencia son fáciles de tratar si se ofrece la atención adecuada en el momento adecuado. Por eso, la necesidad de que las instituciones sanitarias reconozcan el rol de doulas y puericultoras; porque apunta a que madres y bebés tengan los cuidados elementales en las diferentes etapas del proceso de maternidad y nacimiento.