Orrego frente a Milei: claves de un movimiento pendular entre apoyo, crítica y autonomía provincial
Tras la derrota libertaria en Buenos Aires, el gobernador sanjuanino redefine alianzas, provincializa la elección y deja abierta su proyección nacional.
Si algo ha caracterizado al gobernador Marcelo Orrego en casi dos años de mandato es su capacidad de acercarse y alejarse, según las circunstancias, del gobierno de Javier Milei. Tras las elecciones en la provincia de Buenos Aires, que reflejaron una fuerte caída del apoyo popular a La Libertad Avanza, el mandatario sanjuanino mantuvo ese comportamiento pendular en su relación con la Casa Rosada.
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Días después de esos comicios, Orrego declaró que aceptaría la invitación de Milei para dialogar. Fue una de las primeras definiciones que expresó luego de que el Presidente anunciara la convocatoria a los gobernadores provinciales.
«Esa silla no la dejo así, ni loco. La ocupo yo, que soy gobernador de la provincia de San Juan, para pelear y defender los intereses de los sanjuaninos», sostuvo ante la prensa local.
El miércoles, en su cuenta de X, Orrego aclaró que aún no había recibido una invitación formal y expresó su deseo de “que al Gobierno Nacional le vaya bien, porque eso significa que a los argentinos y sanjuaninos nos vaya bien”. Una frase de manual, aunque en tensión con la realidad de las políticas de ajuste que, en los hechos, golpean a miles de sanjuaninos.

Al día siguiente, en la misma red social, lamentó que Milei hubiera vetado la ley de financiamiento universitario. “Para miles de jóvenes del interior, la universidad pública es la primera y muchas veces la única oportunidad de acceder a educación pública, gratuita y de calidad”, escribió. Ese gesto mostró nuevamente el movimiento pendular: acompañar en los gestos, pero marcar límites en decisiones sensibles.

Un punto clave, con impacto a futuro, es que Orrego no se integró al armado nacional de Provincias Unidas, espacio que busca constituirse como alternativa entre el mileísmo y el kirchnerismo. En San Juan, ese sector lo lidera el ex intendente Emilio Baistrocchi. Al mantenerse al margen, el gobernador eligió provincializar su estrategia.
Sin embargo, una fuente vinculada a Provincias Unidas deslizó en off que Orrego podría sumarse a ese espacio tras las legislativas del 26 de octubre.
Con miras a esos comicios, Orrego profundizó su decisión de provincializar la elección nacional. Presentó a Fabián Martín como candidato a diputado, con el objetivo de romper la dicotomía entre kirchnerismo y libertarios.
A comienzos de septiembre, cuando se definían los frentes, recibió una propuesta de La Libertad Avanza para competir en alianza en San Juan. La especulación fue intensa. Finalmente, el gobernador consolidó su bloque y lo reforzó con el histórico Partido Bloquista.

En el inicio de su gestión, Orrego se mostró cercano a Milei. Sus diputadas nacionales acompañaron leyes clave del oficialismo, mientras él adoptaba un tono dialoguista.
Esa sintonía se desgastó cuando el Gobierno Nacional se desentendió de obras estratégicas para San Juan, como la Circunvalación y la Ruta 40. A partir de entonces, Orrego decidió marcar distancia: instruyó a sus diputadas a votar en contra del veto presidencial a la ley de financiamiento universitario y, en los últimos meses, su bloque se alineó más con la oposición que con el oficialismo.
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La derrota electoral de La Libertad Avanza en Buenos Aires golpeó la percepción de invulnerabilidad de Milei y obligó a un repliegue político. El vocero presidencial, Manuel Adorni, admitió que fue un “error político”, aunque negó un giro en la política económica o en el vínculo con gobernadores y el Congreso.

Aun así, Milei reinstaló el Ministerio del Interior y designó al cuestionado Lisandro Catalán. El objetivo es claro: garantizar respaldo para el Presupuesto 2026, considerado vital para sostener la autoridad presidencial.
Como parte de esa estrategia, se lanzó la Mesa Federal de Diálogo con la presencia de Guillermo Francos y Luis Caputo. El Gobierno apunta a negociar de manera individual, diferenciando entre gobernadores “seguros”, “afines” y opositores.
En el primer grupo se ubican Alfredo Cornejo (Mendoza), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Leandro Zdero (Chaco). Entre los “afines” aparecen Claudio Poggi (San Luis) y Orrego, aunque resulta llamativo que el sanjuanino sea catalogado como tal cuando competirá en octubre contra el mileísmo.

En la vereda opuesta, la Casa Rosada sostiene que “no tiene nada que hablar” con gobernadores como Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, Ignacio Torres, Raúl Jalil y Gustavo Sáenz, todos con peso decisivo en el Congreso.
El veto a la ley de redistribución automática de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) —impulsada por los 24 mandatarios provinciales— encendió el malestar. La medida fue publicada en el Boletín Oficial (decreto 652/2025) y dejó sin efecto un consenso transversal que buscaba quitar discrecionalidad al reparto de fondos.
El clima entre las provincias oscila entre el escepticismo y el fastidio. Sáenz habló de “traiciones” y acusó al Gobierno de “cagar a los fieles”. Varios mandatarios reclaman “mesas de diálogo urgentes” y la presencia directa de Milei en la negociación, rechazando la mediación de funcionarios de “tercera línea”.

El viernes, los gobernadores de Provincias Unidas —Llaryora, Pullaro, Carlos Sadir y Gustavo Valdés— se reunieron en Río Cuarto, Córdoba, para enviar un mensaje político al Presidente: malestar por el veto a los ATN, reclamo de diálogo real y exigencia de eliminar las retenciones.
En este escenario, Orrego se mantiene en equilibrio. El movimiento pendular, lejos de ser una improvisación, es su marca de gestión y un modo de preservar margen de maniobra entre el acompañamiento y la crítica.
El gobernador aparece entre los mandatarios con mejor imagen del país y, en San Juan, su candidato Fabián Martín lidera las encuestas. Todo indica que podría obtener dos bancas en el Congreso.
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La incógnita es qué hará después del 26 de octubre: ¿profundizará la provincialización de su estrategia o se sumará al armado nacional de Provincias Unidas? Lo cierto es que, hasta ahora, su péndulo político le ha dado resultados.
