Brigadas Educativas, cine y territorio: Crónica de un rodaje

El 9 de septiembre se proyectó Más allá del cerro, un cortometraje protagonizado y guionado íntegramente por los niños y niñas que viven en La Esperanza, un barrio popular ubicado en el Médano. El trabajo fue una iniciativa de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ y las Brigadas Educativas, un grupo que lleva cuatro años dando apoyo escolar en barrios populares.

La Esperanza es uno de los tres barrios populares en los que trabajan las Brigadas Educativas, un grupo de estudiantes y trabajadores dedicados a dar apoyo escolar a las infancias en zonas vulnerables. Los otros barrios son Alfonso XIII, también ubicado en el Médano, y Villa Libertadores, en Villa Krawse. Los brigadistas visitan estas zonas todos los sábados en la mañana, donde además de apoyo escolar dan desayunos.

Es gracias al trabajo territorial que este grupo realiza desde hace cuatro años que desde la Facultad de Filosofía se decidió trabajar en conjunto en el marco de las Prácticas Socioeducativas «Cine Comunitario: Conocimiento y Territorio».

Además de la utilización de cámaras, se les enseñó a las infancias a escribir guiones. Fotos: Gonzalo Paez.

Desde adentro

Llegar a La Esperanza no es fácil. Hay que tomar un desvío de tierra que nace de la calle Abraham Tapia y que recorre quintas, barrios privados y salones de fiestas. Y en medio de todo eso se ubican, en fila, alrededor de quince casas. Frente a ellas, calle de ripio mediante, un enorme descampado que se extiende hasta donde los matorrales lo permiten. En ese baldío, bajo un gacebo de caña, los niños y niñas que habitan aquella cuadra se reúnen a ver qué están haciendo las Brigadas Educativas esta vez. Es bajo ese mismo techo que, todos los sábados, los brigadistas sirven el desayuno y dan apoyo escolar.

El primer día de rodaje —lunes 26 de agosto— estuvo marcado por el calor y el viento Zonda. Durante aquella tarde, docentes del Instituto de Expresión Visual de la FFHA y estudiantes de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica le enseñaron a los niños y niñas del barrio a utilizar las cámaras fotográficas y a escribir un guion. Alejo García, integrante de las Brigadas, expresó: «Es muy fructífero para ellos porque les permite conocer un ambiente desconocido, y la respuesta ha sido totalmente positiva. Los chicos están con muchas ganas».

Las Brigadas Educativas

En la previa de la proyección del cortometraje —titulado Más allá del cerro—, Martina Rivas, integrante de las Brigadas Educativas, expresó en su discurso: «Se logró plasmar un poco la realidad de los barrios a los que asistimos y, por lo tanto, remarcar la importancia de un Estado presente».

«El resultado es extraordinario, poder documentar la memoria colectiva de la población, que puedan crear su historia y
defender su voz»
, dijo Martina en el escenario.

Tras el discurso, la brigadista declaró a La Mecha: «Me generó mucha felicidad ver a los pibes siendo felices y el legado en el que se convertirá ese corto para ellos y nosotros». Y agregó: «La sonrisa de cada uno de los niños nos señalan el camino hacia donde queremos ir. Esto es por y para ellos, siempre».

Tras la proyección, La Mecha conversó con Eduardo Camus. El dirigente social y militante de Argentina Humana recordó los orígenes de las Brigadas: «Nacieron un día, casi de arrebatados, en los primeros momentos de la pandemia. Nos dimos cuenta desde la Unión Vecinal Larman que muchos vecinos y vecinas la estaban pasando mal». La primera acción que tomaron fue organizar una olla popular.

«Inmediatamente se acercó un grupo de jóvenes que quisieron colaborar y ser parte de la propuesta. Cuando se empezó a levantar el aislamiento, los pibes se sumaron a hacer una propuesta educativa y recreativa y así empezó a crecer», dijo el dirigente y ex candidato a intendente de Rawson.

Los chicos del barrio junto a los brigadistas, docentes y estudiantes tras la última jornada de rodaje. Foto: Germán Rodríguez.

Un balazo al lado de la garrapata

El cortometraje narra cómo Leonel Oviedo, uno de los niños de La Esperanza, ve discutir a sus amigos del barrio. Es entonces que decide esconder a un cachorro llamado Mufasa con el objetivo de que el grupo se una en la búsqueda y hagan las paces. Nerea, de diez años, se muestra preocupada: su perro fue baleado el día anterior y teme que Mufasa corra la misma suerte.

El perro baleado está inspirado en un incidente que tuvo lugar durante el segundo día de rodaje. Lo primero que escucharon los brigadistas al bajarse de la combi fue un coro de niños diciendo: «Lo han baleado al Negro». Esto sucedió alrededor de las once de la mañana, antes de que las Brigadas llegaran. El perro fue atendido y está bien. El veterinario dijo algo que se recuperó en el guion del corto: «Tiene un balazo acá, al lado de la garrapata».

Este incidente en particular significó el punto de partida para la historia de Más allá del cerro, y no es casualidad. El cortometraje busca retratar lo que viven las infancias día a día no sólo en La Esperanza sino en los barrios populares en general. Por eso ellos no sólo protagonizan la historia, sino que la pensaron y narraron. Retomando un fragmento del discurso que dio antes de la proyección Andrés Martínez, estudiante de Ciencias de la Educación y brigadista: «Como nos enseña Paulo Freire, la esperanza es necesaria pero no es suficiente. creemos que sin el respaldo de las instituciones gubernamentales esta lucha no tendría el impacto que amerita. Añoramos que este sea el precedente para seguir sosteniéndolo y transformándolo en el tiempo».

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