La Fiesta Nacional del Sol en tiempos de austeridad orreguista: ¿qué podemos esperar?
En esta nota, el antropólogo sanjuanino Diego Garcés hace un repaso histórico por la celebración de la FNS, una caracterización de la forma en que se la concibió los últimos 20 años y los interrogantes que despierta esta nueva versión 2024.
“El ceremonialismo de la corte era la fuerza conductora de la política de dicha corte; y los rituales de masas no eran un invento para apuntalar el Estado, sino que más bien el Estado, incluso en su último aliento, era un invento para la promoción de los rituales de masas. El poder servía a la pompa, no la pompa al poder” (Geertz, 2000:25).
Con nuevo domicilio en el Estadio del Bicentenario y pateada del calendario de carnaval a octubre, el Gobierno de Orrego, con el ministro de turismo Guido Romero a la cabeza, planea una fiesta mucho más pequeña que las anteriores atravesada por un principio rector: la austeridad.
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Un repaso histórico por la celebración de la FNS, una caracterización de la forma en que se la concibió los últimos 20 años y los interrogantes que despierta la que está en vísperas.
La Fiesta Nacional del Sol
La Fiesta del Sol se celebra en la provincia de San Juan desde 1972, cuando Guillermo Barrena Guzmán era director de Turismo. En estos últimos 20 años su institucionalización creció y devino un evento central de la política, con un fuerte impacto en la economía y la sociedad local. Por poner un ejemplo, la de 2019 -la primera en celebrarse en el predio costanera-, “El calor de lo nuestro”, aportó una cifra de 187 millones de dinero en circulación para la Provincia.
En efecto la Fiesta Nacional del Sol ha sido el carnaval popular de la provincia de San Juan desde hace más de 50 años y ha tenido un efecto dinamizador de la economía local, en términos de circulación de capitales, saturación de la capacidad hotelera, desarrollo empresarial y formación artístico-profesional
Los espectáculos finales del evento, caracterizados por la presencia de elencos profesionales de actores, bailarines, escenógrafos, directores de arte, dramaturgos, pasacables, camarógrafos, gaffers, sonidistas, iluminadores, utileros y un larguísimo etcétera, dan cuenta de la verdadera puesta en marcha de una maquinaria artístico cultural propia de lo que Becker (2008) llamaría mundos del arte y que hace a la especialización continua del trabajo artístico.
A su vez, la calidad de los espectáculos ofrecidos por la fiesta ha tenido a lo largo de la historia un vínculo de retroalimentación con las instituciones y empresas privadas más importantes de la provincia. La Universidad Nacional de San Juan, cincuentenaria como la fiesta, aportó cada año los mejores profesionales en cada una de las áreas requeridas. Desde los ingenieros para calcular las dinámicas de un escenario, hasta la dirección actoral en manos de importantes escritoras de teatro. Si algo ha dado la FNS a nuestro pueblo, ha sido sentido práctico a cada una de esas trayectorias profesionales.
De esta manera el carnaval sanjuanino construyó su singularidad celebrando quizás lo más poderoso de su determinismo ambiental, el sol y una extensa red de trabajo artístico-técnico, con altísimos niveles de profesionalización tuvo trabajo asegurado desde los meses de agosto-septiembre, hasta la culminación de la fiesta en febrero.
Si podemos reconocer el efecto multiplicador de la fiesta en términos económicos y su alcance en relación a las redes laborales que pone en ejecución, por lo menos debería llamarnos la atención que se problematicen los supuestos gastos que representa. Más sorprendente aún resulta escuchar la palabra austeridad asociada al evento cultural más importante de la provincia, en boca de quienes, en teoría, han sido elegidos para eficientizar el Estado y sacarlo de su supuesto estancamiento económico. ¿Por qué habría entonces de transformarse uno de los principales dinamizadores económicos de la provincia en un evento menor?
La eventización de los últimos 20 años
Desde la llegada al poder de José Luis Gioja, la Fiesta del Sol cobró un papel preponderante y volvió a celebrarse en la Quebrada de Zonda, como había sido en sus orígenes. El por entonces gobernador promovió el regreso de la Fiesta con toda su pompa al autódromo Eduardo Copello El Zonda. Desató polémica, en aquel entonces, el gasto efectuado en la construcción de un arco metálico que se usó de soporte de luces y técnicas vinculadas a la realización del espectáculo final. Sin embargo, representó otro ejemplo dinamizador de la economía, ya que Industrias metalúrgicas Jaime se hizo cargo de la construcción y traslado del arco. El tan mentado sector privado creciendo gracias a una apuesta cultural del Estado provincial.
La sucesión de Sergio Uñac en la gobernación no solo pareciera no haber abandonado la decisión política de Gioja de hacer de la Fiesta del Sol un acontecimiento importante del calendario festivo nacional, sino que pareció redoblar la apuesta. La gestión de la ministra Grynzpan recogió el guante del anterior gobernador y comenzó disputarle la capacidad del Estado para la realización de un evento cada más grande y con mayores ofertas.
Así, la construcción del Predio Costanera en el departamento Chimbas permitió que la Fiesta Nacional del Sol en su última edición 2023 contara con la presencia de 160 mil personas circulando, por día, durante una semana completa.
Cabe recordar que durante la pandemia la fiesta se vio suspendida y que volvió en el 2022 con el espectáculo llamado “Evolución”, que suponía la superación a la difícil crisis sanitaria en la que había estado sumido el país y el mundo entero. Al año siguiente el espectáculo pareció recuperar la experiencia del vuelco de las relaciones sociales hacia las plataformas digitales y el tema rector de la celebración fue “Conectados”.
Sea cual sea la apreciación que se tenga de la Fiesta Nacional del Sol, incluidas las siempre válidas críticas a las desigualdades internas, el retraso de pagos a artistas implicados y demás problemas derivados de la realización de la misma, es destacable la continuidad que hubo en los últimos 20 años en torno a la importancia de realizar el evento y darle el estatus de política de Estado.
Podría afirmarse incluso, que los últimos gobiernos peronistas, con la Fiesta Nacional del Sol como caballito de batalla, llevaron adelante una gestión fuertemente marcada por la realización de mega-eventos masivos.
Esto ha sido tematizado por diferentes autores como Hernández Ramírez (2022) como eventización. El autor español define la eventización como la creación de eventos sociales, como política gubernamental prioritaria. Consiste en la realización de eventos, desde escala ministerial, para la propia clase política, a eventos de gran magnitud, que concentran a verdaderas poblaciones humanas en un espacio determinado, por un tiempo acotado y les ofrecen en simultáneo múltiples de consumos culturales, gastronómicos y hasta empresariales.
Entre otros mega-eventos auspiciados por el gobierno de San Juan podríamos mencionar la realización de la Vuelta a San Juan, una carrera de bicicletas que a partir de la gestión en deportes del secretario Jorge Chica, se hizo lugar en la UFI Pro-series, posicionando a San Juan y sus ciclistas en la segunda categoría del deporte a nivel internacional. De este modo, la provincia se haría aún más conocida mundialmente por las carreras de bicicletas y su capacidad hotelera se vería saturaba cada vez que este evento ciclístico se realizaba en territorio provincial.
También podemos destacar, dentro de esta tónica, el partido de fútbol por Eliminatorias entre Argentina y Brasil que se jugó en el Estadio del Bicentenario en 2021 o los World Skate Games (mundial de juegos de patín) en 2022.
La eventización, para Hernández Ramírez, es una de las principales acciones de las políticas turísticas a escala global, que operan en el doble juego de singularizar y homogenizar los lugares, a través de lógicas de consumo. Eventos deportivos como los mencionados y culturales como la Fiesta Nacional del Sol son representativos de la lógica de la eventización a escala local.
La Fiesta del Gobierno orreguista
La llegada a la gobernación el pasado 10 de diciembre de Marcelo Orrego, como lo había hecho el coronavirus, interrumpió de cuajo la política cultural sostenida en la última veintena de años. Teniendo que responder hacia el sector artístico, pero haciéndose eco de la premisa presidencial de que “no hay plata”, el nuevo Gobierno sanjuanino dio de baja a la celebración de la Fiesta Nacional del Sol en febrero por segunda vez (cabe mencionar la interrupción por la pandemia) en 20 años, dejando a los sanjuaninos sin carnaval.
Para evitar un escándalo motivado por artistas nucleados en una Multisectorial en Defensa de la Cultura, el nuevo Gobierno rápidamente pidió y tiempo y prometió la realización de la fiesta que debe a su pueblo en el mes de octubre.
El 20 de agosto de 2024, a dos meses de la realización de la fiesta a manos de la nueva gestión, supimos que el signo de la misma, a tono con el Gobierno Nacional, será “la austeridad”. Conocimos entonces en boca del ministro de Turismo, Guido Romero, que la edición 2024 de la fiesta se llevará a cabo sólo durante 3 días en el complejo deportivo del Estadio del Bicentenario y el Velódromo Vicente Chancay. También se supo que el tema rector de la fiesta será “Somos energía”. Quizás se trata de una ironía en relación a los aumentos en las tarifas de energía eléctrica que sorprendieron a los vecinos del Gran San Juan. Pareciera que, en un aspecto inconsciente, el actual gobierno sanjuanino insta a los ciudadanos a “ser” energía, ya que los ciudadanos tienen que dejar lo que no tienen para pagarla.
El Gobierno de San Juan parece ignorar lo que ya sabían bien las cortes balinesas del siglo XIX. Esto que Clifford Geertz nos recuerda, “el poder hace a la pompa y no al revés” Así, frente a un Estado débil -que quizás se encontraba apuntalado en festivales masivos como La Fiesta Nacional del Sol, entre otros-, el Gobierno de Orrego parece no estar conflictuado y dar el toque de gracia, el beso de la muerte, el punto final a la imaginación popular del pueblo de San Juan a través de sus celebraciones.
Es curiosa tanta alharaca por el supuesto gasto de una fiesta popular, que de acuerdo con el proyecto 458/21 presentado por Sergio Uñac en el Honorable Senado de la Nación Argentina, declara “parte integrante del patrimonio cultural inmaterial de la República Argentina, a la «Fiesta nacional del Sol», que se celebra cada año en la prov. de San Juan”. En efecto parece que el patrimonio cultural inmaterial de nuestro territorio, puede ser sacrificado en los altares de la austeridad para no entrar en conflicto con un gobierno que hizo del “no hay plata” su leitmotiv.
Bajarle el precio a la alegría de la gente
Será cuestión de que regrese octubre y logremos entender algunos interrogantes: ¿Qué es lo que significa que la Fiesta del Sol sea austera? ¿Qué es lo que significa que sea autosustentable? La imposición de nociones de la economía doméstica sobre los ingresos y egresos del Estado podría tener consecuencias devastadoras. La más lógica y esperable sería que el propio pueblo pase factura por la bajada en el nivel de su celebración cultural más importante. Pues, una Fiesta del Sol más barata, salvo para los adherentes de este Gobierno, no podría representar otra cosa que una bajada de precio a la alegría de la gente. Una subestimación a las personas a las que gobiernan por no creerlas merecedoras de un gran espectáculo. Al mismo tiempo implica también una subestimación al dinamizador económico que supone la misma, que según pareciera, representa más ganancias que pérdidas.
Lo más sorprendente es la contradicción entre el discurso que afirma la pretensión ordenar las cuentas del Estado y hacer crecer el sector privado y la economía, bajando la categoría del evento que más se acercaba a la realización de este proyecto. Si en un breve repaso por el devenir histórico de la fiesta, comprobamos que ésta daba trabajo a infinidad de profesionales, que permitía desarrollar la industria privada local como la metalurgia, etc. ¿En qué están pensando cuando hablan de austeridad?
Podrían decirse muchas cosas más. Aquí, ha interesado señalar la ruptura en la continuidad que venía teniendo fiesta como política turística central del Estado Provincial. Habrá que esperar a que la misma finalmente se realice y corroborar si la sensación de que nos están robando el carnaval en nombre de la austeridad es sólo una sensación o tendrá un correlato material.
Quien escribe estas líneas sólo desearía estar equivocado.
Referencias
- Becker, H. 2008. Los mundos del arte. Una sociología del trabajo artístico. Universidad Nacional de Quilmes.
- Geertz, C. 2000. El negara. El estado-teatro en el Bali del siglo XIX. Paidós. Buenos Aires.
- Hernández Ramírez, J. 2022. Eventización: los acontecimientos mediáticos como estrategia pública de legitimación y posicionamiento en la red global de ciudades turísticas. EURE vol. 48. Núm. 144.