Frente al odio, el orgullo de vivir libres
¿Qué significa el orgullo LGBTIQ+ en la actualidad? ¿Qué derechos tenemos y cuáles nos faltan conquistar? Los movimientos disidentes de la provincia volvemos a revisar nuestros objetivos en un período de profundización de desigualdades y de avances en legislaciones nacionales que garantizan nuevos derechos. Nuestra lucha no va a claudicar, nos mueve el deseo de cambiarlo todo.
Desde el 15 al 21 de noviembre de 2021 se realiza la Semana de la Diversidad en la Provincia de San Juan. El domingo 21 culmina con la Marcha del Orgullo LGBTIQ+.
Noviembre nos invita a mirar con deseos de cambio y transformación. Desde las elecciones legislativas al Dìa Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el paso por la semana de la diversidad se vuelve un período de reflexión.
¿Por qué noviembre? A nivel nacional se eligió este mes para conmemorar que, el 1/11/1967, Nuestro Mundo fue fundada como la primera organización en Argentina y Latinoamérica en reclamar por los derechos humanos, la identidad de género y la libertad sexual. También, la fecha está asociada a un compromiso rotundamente político del cuidado de les otres: como mes de una primavera cálida, en el pasado ayudó a que les compañeres con vih no contrajeran enfermedades relacionadas al frío, sobre todo por la falta de atención médica que estigmatizaba y dejaba morir.
¿Orgullo para qué, orgullo de qué?
Tortas, travas, travestis, marikas, no binaries, bisexuales, fuimos y estuvimos siempre. El orgullo es una reivindicación. Es nuestra respuesta política, nuestra práctica demoledora de la desigualdad y un objetivo de liberación. Pero vamos paso a paso.
El orgullo desnaturaliza. Más de una persona que pertenece al colectivo ha tenido miedo, vergüenza, ganas de esconderse, de pasar desapercibida, de achicarse, de que la tierra la trague, que la multitud la oculte. El orgullo no es otra cosa que gritar “así soy yo” agrietando la estabilidad simbólica de los poderosos. Surge frente a quienes no nos dejan ser libremente. Es, ante todo, una respuesta política contra la vergüenza inculcada.
Una práctica política orgullosa es aquella que entiende otras formas de disputar el poder. El orgullo nos enseña todos los días a luchar por aquello que queremos para nuestras vidas: menos desigualdad, menos odio. Por eso, el orgullo es de noviembre, pero se siembra todo el año en nuestras prácticas cotidianas.
Las movilizaciones siempre fueron intrincadas: una mezcla entre marcha y fiesta. Vemos las cuerpas llenas de glitter, de pintura y mostrando la piel, festejando como si fuera sábado a la noche, bailando como si no hubiese un mañana. Pero volvamos a la memoria: aquella primera marcha en la capital porteña de los noventa reclamaba derechos humanos para el colectivo. Recuperemos esto para lo que ocurre ahora.
¿Qué pasa con el Orgullo en la actualidad?
Es importante no perder de vista que el orgullo no se crea de la nada. Por el contrario, el orgullo lo hacemos nosotres reclamando por derechos que nos permitan vivir en espacios seguros y cuidados, las políticas que se reclaman hoy tienen que ver con la vivienda y el trabajo, la salud y la educación.
Es importante percatarnos de que lo conseguido no oculte la violencia cotidiana, aquella que los poderosos no pueden ni quieren ver. Es mucho el avance que se ha logrado: el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, la ley de promoción al empleo formal o ley de cupo laboral trans-travesti, el DNI no binario. Pero los derechos se sueñan, se luchan y se conquistan.
¿Qué tiene que ver el Estado Nacional y Provincial con esto? Con que resulta intrigante como el Estado realiza cada vez más esfuerzos en aparentar, desde el discurso y el eslogan, ser parte de nuestras luchas. Por ejemplo, en la provincia no se aplica la ley de ESI hace 15 años, siendo motivo de múltiples manifestaciones e incluso una de las consignas dentro de las actividades (KermESI) de la Semana de la Diversidad. Al mismo tiempo, la convocatoria a la Marcha es divulgada con el “acompañamiento” del Gobierno de San Juan y el Ministerio de Turismo y Cultura.
Lo mismo podemos decir respecto de las prácticas violentas de las instituciones policiales y judiciales que, a partir de los artículos 124 a 127 del Código de Faltas de la Provincia (Ley 941-R), criminaiza a les trabajadores sexuales con arrestos hasta de 20 días. Y con esto se criminaliza la economía popular y se criminaliza la pobreza. Al final del día, las leyes sin la presencia efectiva del Estado siguen sin poder garantizar derechos.
El orgullo es un objetivo de liberación que se construye en disidencia. Como entendió Carlos Jáuregui: «el origen de nuestra lucha está en el deseo de todas las libertades». La liberación de todas las formas de opresión es un objetivo que se encuentra en nuestros horizontes. La conquista de nuestros derechos ya nos ha demostrado lo qué podemos hacer con aquello que consideramos imposible, luchar hasta lograrlo.
La Semana de la Diversidad y la Marcha del Orgullo siguen buscando la defensa y la conquista de los derechos LGBTIQ+. En este 2021 es consigna principal la “Ley Integral Trans”. También se sigue sumando como reclamo lograr una nueva ley antidiscriminación, una ley de respuesta integral al VIH, hepatitis virales, ITS y tuberculosis, la separación entre Iglesia y Estado, los derechos sociales y laborales para les trabajadores sexuales, y la igualdad real con políticas públicas y presupuesto.
Nos mueve el deseo de cambiarlo todo.